Este jueves 11 de enero Estados Unidos anunció la suspensión del suministro de armas y demás materiales militares a Ucrania luego de cerca de dos años de alimentar la guerra contra Rusia. Esto sin duda alguna representa una derrota para la OTAN en tanto que la apuesta y los recursos financieros y logísticos fue muy grande y no se lograron los objetivos esperados: arrinconar y diezmar la capacidad militar de Moscú.

Cuando Rusia lanzó la Operación Militar Especial (OME) en febrero de 2022, la actitud envalentonada del presidente Volodymir Zelenski denotaba que estaba seguro del respaldo que ofrecían sus socios. Y es que, además de las sanciones que buscaban asfixiar a Moscú, Estados Unidos y los miembros de la organización atlantista ponían a su disposición sus arsenales militares, su inteligencia en el teatro de operaciones y sus mercenarios mal pagados.

Sin embargo, todos los que se enfrentaban a Rusia se estrellaron con el muro de la realidad: los inventarios de misiles y municiones se agotan y no se están fabricando con la misma rapidez que amerita el evento para seguir alimentando el metabolismo de la guerra. Un informe especial de esta tribuna a propósito del primer año del conflicto advertía que esto podría representar la erosión de la OTAN, que se aventuró a rozar las líneas rojas trazadas por la Federación, sin contar que ella estaba mejor dotada y con armas más poderosas.

Desde el año pasado circulan informes que dejaban entrever el esfuerzo enorme de la UE y EE.UU. por cumplir con el compromiso de proporcionar a Ucrania las municiones que tanto necesita para seguir enfrentándose a Rusia, a pesar de los estragos económicos que sus respectivos países afrontan, en estado de crisis.

En el contexto de las elecciones que se avecinan en Estados Unidos, así como los otros conflictos abiertos en el mundo donde participa, resulta difícil seguir azuzando una guerra donde ya se han gastado 75 mil millones de dólares desde febrero de 2022, según el último corte hecho en diciembre, sin resultados favorables.

Lo cierto es que sin la ayuda militar estadounidense el panorama para Ucrania es aun más desalentador, puesto que por sí sola no habría podido combatir contra Rusia.