El gobierno de Joe Biden presentó este miércoles 12 de octubre una nueva Estrategia de Seguridad Nacional que, de acuerdo al comunicado de la Casa Blanca, busca "proteger la seguridad del pueblo estadounidense, ampliar las oportunidades económicas y realizar y defender los valores democráticos que constituyen el núcleo del modo de vida estadounidense".

Básicamente, Estados Unidos intenta no perder la hegemonía. Y eso implica "superar a China y restringir a Rusia". Es por ello que Washington trata de "mantener una ventaja competitiva duradera sobre China" y "restringir a una Rusia que sigue siendo profundamente peligrosa".

Y lo que que temen desde Norteamérica es que su dos rivales consoliden su alianza: "La República Popular China y Rusia están cada vez más alineadas entre sí, pero los retos que plantean son, en aspectos importantes, distintos", indica el documento. Para la Casa Blanca, mientras uno busca remodelar el orden internacional a través del poder económico, el otro "supone una amenaza inmediata y persistente para la paz".

Sim embargo, se permite la posibilidad de una "coexistencia pacífica" con China, lo que implica el deseo de preservar la paz en el Estrecho de Taiwán honrando el compromiso con la política de "Una Sola China". En cuanto a Rusia, apeló por el pragmatismo de cooperar en áreas donde es mutuamente beneficiosa, al tiempo que tiene la intención de fortalecer la asociación con aliados en la región. 

Otra de las prioridades de Estados Unidos es la disuasión nuclear. Crear una fuerza nuclear capaz de disuadir los ataques estratégicos de potenciales enemigos.

Washington "cooperará con cualquier país (…) que esté dispuesto a trabajar de forma constructiva en los retos compartidos". Según este discurso, no busca reeditar la Guerra Fría o fomentar la competencia que termine en la formación de bloques rígidos. Pero en las acciones ocurre todo lo contrario.