Este martes 11 de agosto la Federación de Rusia ha finalizado el registro de la primera vacuna contra el Covid-19 a nivel mundial, convirtiéndose en el primer país en llegar a la meta de una intensa carrera internacional por ofrecer una solución a la pandemia que ha dejado más de 700 mil muertes y una economía devastada.

El anuncio histórico fue realizado por el propio presidente Vladimir Putin, quien aseguró que en el futuro cercano comenzaría la producción masiva de la vacuna, destacando que “funciona con bastante eficacia” y “forma una inmunidad estable”, según recogió el medio Sputnik News.

Putin agregó que una de sus hijas ya ha sido vacunada con la fórmula recién registrada, reforzando la idea de que su uso es seguro frente a los cuestionamientos de Occidente sobre la “velocidad inusual” en su fase de ensayos clínicos.

La vacuna fue desarrollada por el instituto de investigación Gamaleya, luego de dos meses de intensas fases de prueba en decenas de voluntarios para testear su respuesta inmunológica. El financiamiento corrió a cuenta del Fondo Ruso de Inversión Directa, el principal fondo soberano de la nación rusa.

Llevará el nombre de “Sputnik V” en referencia al satélite soviético lanzado en 1957 y que marcó un antes y un después en la exploración del espacio.

Según reseña Sputnik News, la vacuna cuenta con las siguientes características, modos de aplicación y perspectivas de producción masiva en el mediano plazo:

• La inmunidad contra el Covid-19 es de dos años luego de la inyección.
• Se basa en dos vectores virales: “Un adenovirus humano inofensivo envía una parte del virus Covid-19 al cuerpo humano, lo que lo obliga a formar una respuesta inmune”.
• Se aplican dos inyecciones en un intervalo de tres semanas.
• Quienes padecen de enfermedades respiratorias podrán vacunarse siempre y cuando haya pasado el cuadro de la enfermedad.
• Es aplicable en personas entre 18 y 60 años que no presenten alergias a sus componentes.
• Se aplicará en una primera etapa a trabajadores sanitarios de Rusia.
• Se producirá tanto en el Instituto Gamaleya como en la empresa rusa AFK Sistema. Se estima que se produzcan 1,5 millones de dosis al año.
• El gobierno de Rusia ha firmado un acuerdo con cinco países para producir 500 millones de dosis en los primeros doce meses.

La vacuna contra el Covid-19 de la Federación de Rusia ha avivado los ataques de Occidente. Desde la fase de pruebas, los principales medios corporativos y expertos alineados a los países occidentales cuestionaron severamente la iniciativa rusa, en un intento por socavar la credibilidad de la vacuna, generar desconfianza entre los países aliados de la Federación y cerrarle posibles mercados al producto a futuro.

La vacuna representa hoy día un punto de confrontación geopolítica y las potencias en disputa observan su desarrollo, promoción y efectividad como un factor esencial del equilibro de poder mundial en una etapa post pandemia.

La (des)información vuelve a jugar un papel clave en el propósito de debilitar al eje multipolar.

En este marco, el Financial Times ha editorializado el día de hoy que “algunos expertos han puesto en duda la capacidad de Rusia para desarrollar una vacuna adecuada tan rápido, dado que los ensayos para garantizar la seguridad y eficacia de tales medicamentos normalmente toman años”.

Los expertos citados por el poderoso periódico británico provienen de Estados Unidos y de la Universidad de Oxford, donde también se avanza en una vacuna contra el Covid-19. El tono de competitividad es más que evidente.

Pero los expertos rusos han respondido de forma contundente a estos cuestionamientos. En un reportaje del periodista Bryan Macdonald para RT (versión anglo) reseña dos declaraciones fundamentales que le otorgan credibilidad a la vacuna.

“Vadim Tarasov, un destacado científico de la Universidad Sechenov de Moscú, donde se llevaron a cabo los ensayos, dijo que el país tenía una ventaja, ya que ha pasado los últimos 20 años desarrollando habilidades en este campo y tratando de comprender cómo se transmiten los virus. La tecnología detrás de la vacuna rusa se basa en adenovirus, el resfriado común. Creadas artificialmente, las proteínas de la vacuna replican las de Covid-19 y desencadenan una respuesta inmune similar a la causada por el propio coronavirus, reveló Tarasov”, reseña el periodista.

Por otro lado Nikolay Briko, el epidemiólogo en jefe del Ministerio de Salud de Rusia, reflejó que

“Esta vacuna no se desarrolló desde cero, el Centro de Investigación Gamaleya tenía una base de investigación seria y significativa sobre las vacunas (…) La tecnología para desarrollar una vacuna de este tipo se perfeccionó. Entonces, tal vez, el proceso se aceleró debido al hecho de que la vacuna no se creó desde cero. Es importante que se sigan todas las etapas (de la investigación de la vacuna) y que se cumplan los requisitos internacionales”.

Rusia les ha sacado varios cuerpos de ventaja a los países occidentales en la carrera internacional por la vacuna contra el Covid-19 con el anuncio de su registro. Obviamente ese golpe a la mesa ha avivado las tensiones, pues la vacuna se inserta como un punto de quiebre en la transición geopolítica a un mundo multipolar, donde Estados Unidos y Occidente van perdiendo su condición de astro que ordena la galaxia del poder mundial.

Y esta transición coloca a Venezuela en una buena posición por su alianza histórica con Rusia, reforzada en los últimos años en el marco de las presiones estadounidenses. La alianza binacional coloca a Venezuela un paso más cerca de derrotar la pandemia más temprano que tarde.