Jue. 28 Noviembre 2024 Actualizado ayer a las 5:51 pm

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Sala de conciertos Crocus City Hall tras un tiroteo, en las afueras de Moscú. (Foto: REUTERS)
En el Crocus City Hall, en las afueras de la capital rusa

Cinco claves tras el atentado terrorista en Moscú

El 22 de marzo, un ataque terrorista sacudió la ciudad de Krasnogorsk, ubicada cerca de Moscú. El objetivo fue el local de música Crocus City Hall, donde se desarrollaba un concierto. El saldo del ataque, según el Ministerio de Salud ruso, es de 147 personas heridas. Las autoridades desplegaron un operativo de seguridad que permitió la detención de 11 sospechosos implicados en el atentado. Entre ellos se encuentran cuatro sicarios que intentaban huir hacia la frontera ucraniana.

El alcalde de Moscú, Serguéi Sobyanin, dijo que, en el contexto de lo que está sucediendo, todos los eventos deportivos, culturales y otros eventos masivos han sido cancelados en la capital este fin de semana. También ordenó brindar la asistencia necesaria a todos los heridos durante el tiroteo en la sala de conciertos.

Declaraciones del Presidente Putin

Tras los atentados, el presidente Vladímir Putin se dirigió a la nación, destacando entre otras cosas el trabajo de los equipos de ambulancias, bomberos y equipos de salvamento, así como el de los ciudadanos de a pie, quienes, junto con médicos y rescatistas, brindaron primeros auxilios y llevaron a los heridos al hospital.

En sus declaraciones, el presidente Putin señaló que se habían capturado 11 personas, incluidos cuatro de los tiradores que se dirigían hacia Ucrania, donde, según datos preliminares, se preparó una "ventana" o salida para que desde el lado ucraniano cruzaran la frontera estatal.

El presidente ruso finalizó su intervención señalando, por un lado, que espera colaborar con los países que sinceramente quieren hacer frente al terrorismo internacional y asegurándole a la población de la federación que "nadie podrá sembrar la discordia en nuestra sociedad multinacional", claro llamado al fortalecimiento de la unidad y la identidad multiétnica del Estado ruso.

Primeras reacciones internacionales

En términos generales, la comunidad internacional ha condenado el atentado terrorista sin cuestionamiento ni dilaciones, destacando en nuestra región las condolencias de la República de Cuba y de la República Bolivariana de Venezuela. Organismos multilaterales como las Naciones Unidas, la Unión Europea y la Unión Africana también han condenado el atentado terrorista y han mostrado su solidaridad con el pueblo ruso.

Desde el llamado Occidente colectivo, Estados Unidos, Gran Bretaña y otros países de Europa han condenado el accionar, manifestando las respectivas condolencias con los familiares de las víctimas. No obstante, las declaraciones del canciller de Lituania, donde existe un gobierno abiertamente rusofóbico, se han vuelto disonantes en un momento cuando debería privar la solidaridad internacional.

El ministro de Relaciones Exteriores lituano, Gabrielius Landsbergis, instó a "no distraerse" después del ataque terrorista en el Ayuntamiento de Crocus, que se cobró la vida de decenas de rusos, dejando entrever que no debían permitirse que la simpatía por los rusos, brutalmente asesinados, los desviaran del apoyo que debe mantenerse a Kiev. Actitud, por cierto, común entre los Estados bálticos que históricamente han apoyado a los terroristas chechenos, incluida la creación de células wahabíes en esos territorios.

Estados Unidos en la escena

La actitud y comportamiento de Estados Unidos ha sido cuando menos sospechosa, no solo por la publicación de un mensaje semanas previas al atentado terrorista donde alertaba a sus connacionales sobre la posibilidad de que eventos como el ocurrido en Krasnogorsk tuviesen lugar, sino porque se han adelantado en solicitar, a través del portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby, que no se vincule al régimen de Kiev con el atentado.

Estados Unidos entregó información a los servicios especiales de la Federación Rusa sobre la preparación de un ataque terrorista, pero estos datos no contenían información específica, señala el medio informativo TASS citando una fuente de los servicios especiales rusos.

Por su parte, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, María Zajárova, comentó que, si Estados Unidos tiene o tenía información confiable sobre la preparación de un ataque terrorista en la Federación Rusa, entonces debe transferirse inmediatamente a la parte rusa, cosa que hasta ahora no ha ocurrido.

Para la diplomática rusa, si en realidad Washington no tiene ninguna información sobre el ataque terrorista, entonces "no tiene derecho a otorgar indulgencias a nadie", en clara referencia a esa intención de desvincular de antemano cualquier nexo de Ucrania y su gobierno.

El problema de la autoría

Según el New York Times, el grupo que se atribuyó la autoría del ataque terrorista en Moscú es la filial del Estado Islámico en Afganistán llamada Estado Islámico Provincia de Jorasán, o ISIS-K. Este grupo fue fundado en 2015 por miembros descontentos de los talibanes paquistaníes, que luego abrazaron una versión más violenta del islam.

El especialista Colin P. Clarke, analista de contraterrorismo de Soufan Group, dijo al medio estadounidense que el ISIS-K ha estado obsesionado con Rusia durante los últimos dos años y con frecuencia critica al presidente Vladímir Putin en su propaganda, además acusa al Kremlin de tener sangre musulmana en sus manos, haciendo referencia a las intervenciones de Moscú en Afganistán, Chechenia y Siria.

No obstante, tras la captura de los terroristas y producto de los primeros interrogatorios que se les ha practicado, se desprenden algunas consideraciones que creemos necesarias comentar:

  1. Los individuos arrestados tras el atentado en Krasnogorsk no poseen nacionalidad rusa, lo que ha abierto una nueva línea de investigación en torno al origen del ataque.
  2. Ninguno de ellos habla ruso con fluidez, incluso uno de los detenidos se comunicaba en tayiko, requiriendo la asistencia de un intérprete.
  3. Fueron contratados para realizar el atentado, ofreciéndoles, aproximadamente, 11 mil dólares.
  4. Los cuatro tiradores fueron capturados intentando cruzar hacia Ucrania, donde los estaban esperando.

La vinculación entre ISIS y Ucrania no es alocada, hay evidencia de que algunos miembros de la organización terrorista han luchado en Ucrania contra Rusia. Tal es el caso de Abdulkhakim Shishani (georgiano), quien ha estado en territorio ucraniano durante mucho tiempo y es el vínculo entre la Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania y los radicales islamistas que comandaba en Siria. Además, es de conocimiento público que el ISIS funciona más como tropa de mercenarios al servicio de la CIA que como un verdadero ejército yihadista al servicio de Alá y Mahoma.

Por otro lado, Ucrania ha estado apoyando grupos islamistas desde 2014, incluso antes, bajo el gobierno de Yushchenko. Hizb ut-Tahrir, una organización islamista prohibida en Asia Central, fue registrada oficialmente en Ucrania hace más de 15 años y desde allí sus miembros se trasladaron a Crimea. Se sospecha que los servicios especiales ucranianos proveían dinero y armas a estas organizaciones. Algunos detenidos han declarado haber recibido pagos y armas de Ucrania, lo que apunta a una posible participación del gobierno ucraniano. Cabe destacar que esta información es controvertida y aun está siendo investigada.

Repercusiones en lo inmediato

Independientemente de que hayan sido factores banderistas del ejercicito ucraniano (batallón Azov), militantes del ISIS o simples mercenarios a los que se le contrató para realizar los atentados, en todas las posibilidades está de una u otra manera involucrada Ucrania y, en consecuencia, Occidente, específicamente la CIA y el MI6.

El atentado ocurre en un momento cuando Ucrania está literalmente sin posibilidades reales de enfrentar a Rusia en el campo de batalla, mucho menos de recuperar los territorios que se incorporaron a la federación en 2022.

Por ello, dado el constante deterioro de la situación en el frente de guerra, Ucrania recurre cada vez más a métodos abiertamente terroristas para luchar contra Rusia. La tragedia de Crocus, así como el bombardeo terrorista en curso de Belgorod y la región de Belgorod por parte de Ucrania, dan testimonio de ello con toda claridad, por lo que no deberían descartarse nuevos episodios como los mencionados.

Es muy probable que, producto de las investigaciones e interrogatorios que se están realizando en estos momentos a los autores materiales e implicados en el atentado terrorista, Rusia convoque de emergencia el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas exigiendo un compromiso real, de parte de la comunidad internacional, con la lucha antiterrorista.

De confirmarse los vínculos entre el atentado y el régimen de Kiev es previsible que, como lo anunció el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, se deje de lado el abordaje de la situación en Ucrania como una Operación Militar Especial y se asuma directamente como una guerra franca, donde ya no solo se tenga como antagonista a Ucrania sino a los países que formalmente mantienen el régimen actual de Kiev.

Más allá del éxito de los terroristas en perpetrar el atentado y teniendo en mente a las víctimas, se destaca la oportuna y efectiva intervención de los servicios de inteligencia rusos en detener antes de que huyeran a territorio ucraniano a los perpetradores del ataque terrorista, lo que le permitirá conocer de primera mano a los autores intelectuales y ver qué bandera o banderas están implicados en un evento que cambiará diametralmente la actitud que hasta ahora ha tenido Rusia en su relación con Ucrania y Occidente.

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