Contrario a la idea de que en el futuro tendríamos un ambiente libre de contaminación gracias a las innovaciones tecnológicas y los nuevos artefactos de transporte, se ha demostrado que la producción de carros eléctricos genera hasta 70% más de emisiones que su equivalente de gasolina.

De acuerdo con las propias cifras del fabricante, reseña DailyMail, los autos eléctricos deben usarse durante decenas de miles de millas antes de que compensen las emisiones más altas, y el e-Golf de VW se vuelve más ecológico solo después de 77 mil millas, por lo que se cae el mito de que contaminan menos.

A esto hay que añadir que es probable que muchos de estos vehículos nunca alcancen su objetivo de kilometraje a medida que salgan modelos nuevos y queden como chatarra inservible en cualquier garaje, la lógica del flujo de materiales —obsolescencia programada— en el capitalismo.

Lo "ecológico" de los vehículos eléctricos ha sido fuertemente cuestionado. Una de esas voces es la de Christoph Buchalel, del Instituto IFO en Alemania, que concluye que estos artefactos contaminan entre 11% y 28% más que los de gasoil.

Por ejemplo, Gran Bretaña podría no cumplir los objetivos del cambio climático debido a que la gran mayoría de las compras de automóviles se realiza mediante planes de crédito que ofrecen la oportunidad de cambiar su automóvil por un vehículo nuevo después de un plazo de tres años, que es poco probable que sea suficiente para compensar las emisiones. Pero además se prevé que para 2030 se prohíba la venta de vehículos de gasolina, que aceleraría esta dinámica de fabricación, comercialización y desecho.

A continuación, algunos dilemas ecológicos de los carros eléctricos: 

• Necesitan mucha electricidad, tanto durante su fabricación como cuando está en la carretera. Son mucho más pesados que sus equivalentes de gasolina.
• Hacerlo contamina el medio ambiente ya que se requiere de la extracción de minerales para su fabricación.
• Liberan más partículas tóxicas de los neumáticos al aire que sus equivalentes de gasolina.
• El aumento de vehículos eléctricos más pesados podría generar más baches en las carreteras residenciales.
• No es posible el reciclaje de sus baterías.
• No hay un mercado de venta de autos eléctricos usados debido a las preocupaciones sobre la salud a largo plazo de las baterías.