Es evidente que los recientes ataques israelíes contra varios objetivos iraníes tienen un objetivo claro: beneficiar al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu en un momento electoral crítico. A Israel le está costando lograr un gobierno unido, después de cuatro intentos fallidos. Además, Israel está señalando al mundo lo molesto que está por el acercamiento entre Estados Unidos e Irán, que está dando ventaja a Teherán y por el hecho de que Washington acepte negociar en los términos de Irán con los signatarios del JCPOA en Viena. La administración de Estados Unidos, encabezada por el presidente Joe Biden, negó involucración en el acto de sabotaje israelí, sin evitar capitalizar en el ataque israelí para presionar a Irán para que acepte una negociación directa.
Al parecer, Estados Unidos todavía no es consciente de que Irán se mantiene firme en su posición y ha establecido sus condiciones y directrices de negociación. A Occidente le corresponde aceptarlo o prepararse para una capacidad nuclear completa, lo que les permitiría tener una bomba nuclear siempre y cuando lo desearan. Irán ha tomado represalias, anunciando su intención de aumentar el enriquecimiento de uranio hasta el 60%, mejorando considerablemente su posición negociadora en Viena.
Desde que Joe Biden asumió su cargo, Israel llevó a cabo varios ataques para provocar a Irán. Tel Aviv afirma que ha bombardeado "objetivos iraníes" en Siria. Además, ha llevado a cabo un ataque con minas contra el buque iraní Saviz en el Mar Rojo y es responsable del sabotaje en la instalación nuclear de Natanz.
La administración estadounidense negó su implicación -pero no su desconocimiento del ataque antes de que se produjera- en el acto de sabotaje israelí en Natanz. Fuentes europeas creen que el desmentido estadounidense es positivo. Sin embargo, podría ser que Biden y su equipo estén tratando de capitalizar el ataque israelí, pensando que Irán podría cambiar de opinión y aceptar incluir otras cuestiones regionales en la negociación o, al menos, que Irán aceptase una negociación directa con los estadounidenses. Los diplomáticos occidentales creen (erróneamente) que Irán podría pedir a los países que participan en la negociación nuclear de Viena que presionen a Israel para que este detenga sus ataques de sabotaje.
Una fuente diplomática declaró:
"Es obvio que Irán no está dispuesto a iniciar una guerra en Oriente Medio cuando el gobierno del presidente Hassan Rouhani está tratando de levantar todas las sanciones antes del final de su mandato. Los ataques israelíes podrían acelerar la negociación nuclear, incluso si Israel no está contento con los términos de esta, pero se da cuenta de que es un camino crítico para impedir que Irán alcance la capacidad nuclear militar. Por lo tanto, será necesaria una negociación directa entre el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Javad Zarif, y su homólogo estadounidense, Antony Blinken, para acelerar la negociación y llegar cuanto antes a un compromiso. Sin embargo, Irán ha respondido que no aceptará ninguna negociación directa a menos que Estados Unidos levante todas las sanciones. Además, ha dado la vuelta al tablero y ha decidido aumentar su enriquecimiento al 60%, acercándose al 90% (grado militar). Irán ha ganado ahora ventaja, y el presidente Biden no tiene más remedio que actuar en uno o dos meses".
Los funcionarios estadounidenses han pedido en repetidas ocasiones a sus homólogos europeos que intenten convencer a Irán de que acepte una negociación directa con un enviado estadounidense. Irán se mantuvo firme en su posición, rechazando cualquier reunión a menos que se levanten las 1 mil 650 sanciones estadounidenses y que se permita a los bancos, países e instituciones negociar con Irán y descongelar sus activos financieros, sin temor a las repercusiones estadounidenses.
El objetivo de los líderes occidentales de abrir una negociación de regateo con Irán indica lo poco que se entiende la posición iraní. Los negociadores iraníes son sin duda hábiles. Además, hay una decisión clara expresada por el líder Jamenei que comunicó claramente al ministro Zarif: "Ve a negociar sólo sobre el expediente nuclear, nada más". El exsecretario de Estado estadounidense, John Kerry, ya intentó persuadir a Zarif para que negociara sobre otras cuestiones que preocupaban a los estadounidenses, sin éxito. El expresidente Donald Trump esperó durante un par de años, junto a su teléfono, la llamada de Irán que nunca llegó.
Las sanciones de Estados Unidos a Irán fueron -y siguen siendo- muy dolorosas para la economía del país. Sin embargo, estas sanciones obligaron a Irán a ser más autosuficiente que nunca. Cuando se liberen los varios centenares de miles de millones de dólares de riqueza iraní retenidos en muchos países del mundo, impulsarán la economía de Irán y consolidarán su posición como potencia regional en Oriente Medio, que goza ya de ramificaciones estratégicas y de una estrecha relación con China y Rusia.
Tanto Estados Unidos como Israel son conscientes de las consecuencias que tendría la devolución de los activos iraníes más los intereses acumulados (aunque este punto sigue siendo discutible). Esta es una de las principales razones por las que el primer ministro israelí se comporta como el "matón de Oriente Medio", sirviendo a los propósitos de la administración estadounidense de un modo u otro.
Fuentes iraníes creen que
"Biden también podría estar utilizando los actos de sabotaje y las provocaciones bélicas de Netanyahu para mostrar a los belicistas estadounidenses que Irán no está dispuesto a ir a la guerra a pesar de todas las provocaciones israelíes. No obstante, la administración estadounidense es plenamente consciente de que Irán se ha convertido en una potencia regional a pesar de estar sometida a las sanciones más duras de la historia y haber conseguido detener los planes estadounidenses para desestabilizar Siria, dividir Irak, dominar Yemen y paralizar Líbano. Hasta ahora, Israel no ha conseguido arrastrar a Irán a una guerra, puesto que sería dictada por el primer ministro israelí, en el momento y lugar que él hubiese escogido".
No obstante, Irán no ha dudado en mostrar sus dientes cuando sus buques han sido atacados en el Estrecho de Ormuz y en el Mar Rojo. El reciente ataque contra el barco israelí frente a los Emiratos Árabes Unidos tuvo lugar mientras la fuerza naval estadounidense se encontraba en la misma región. Aunque Irán negó su responsabilidad, los funcionarios creen que la tensión entre Estados Unidos y Rusia en torno a Ucrania no permitirá que Biden inicie una nueva guerra con Irán para obligarlo a ceder y a disminuir su enriquecimiento de uranio. La decisión de ir por el 60% provino del mismo Jamenei, y no será revocada a pesar de la presión occidental, a menos que Estados Unidos levante todas las sanciones contra Irán.
Europa se ha unido a Israel a la hora de presionar a Irán, imponiendo la prohibición de viajar y la congelación de activos a varias personas iraníes, alegando violación de derechos humanos. Las sanciones de la UE son un símbolo: al estar dirigidas contra Hossein Salami, jefe del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria iraní, y Gholamreza Soleimani, jefe del Basij. Ambos comandantes nunca viajarán a Occidente ni tendrán cuentas bancarias en bancos extranjeros. Irán respondió suspendiendo las conversaciones exhaustivas con la UE en materia de derechos humanos, terrorismo, tráfico de drogas y refugiados. La decisión de la UE es altamente politizada y responde al dictado de Estados Unidos, sobre todo en lo que refiere a imponer sanciones contra Irán, Rusia, China, Libia, Sudán o Eritrea, pero ignora, por ejemplo, la larga lista de atrocidades y crímenes contra la humanidad cometidos por Arabia Saudí en Yemen.
Es difícil no establecer un vínculo entre las sanciones de la UE a Irán, los ataques de sabotaje israelíes y las negociaciones de Viena. La administración estadounidense parece estar probando diferentes herramientas y vías para presionar a Irán que, a pesar de su necesidad de venganza, se mantiene firme, priorizando las conversaciones nucleares y el levantamiento de sanciones. Eso no significa que la promesa de venganza haya sido olvidada. Al contrario, Irán es consciente de que Israel seguirá apuntando a más objetivos iraníes si no se impone rápidamente la disuasión. Es un buen momento para tener en cuenta que Irán tiene diferentes formas de responder, directamente o a través de sus aliados, en varios escenarios. Irán no se limita necesariamente a responder cuando y en la misma forma y lugar que Israel quiere o espera. De hecho, las últimas noticias informan de un ataque desconocido contra un barco israelí, lo que indica claramente que se ha establecido la disuasión del "toma y daca", lo que avergüenza al primer ministro Netanyahu.
El mes pasado, un barco israelí fue alcanzado por un pequeño misil, probablemente disparado desde un dron, mientras navegaba entre India y Omán. En febrero, un carguero de propiedad israelí, el MV Helios Ray fue dañado frente al Golfo de Omán. Irán negó la autoría de tales ataques.
En el ámbito nacional, el primer ministro israelí está luchando por su futuro político, acusado de aceptar sobornos y de hacer un mal uso de su cargo para promover sus intereses políticos personales. Netanyahu también se enfrenta a otro dilema gubernamental, al no poder obtener una mayoría de 61 escaños para formar gobierno por cuarta vez en un parlamento dividido. En el plano exterior, Netanyahu entra en pánico al ver cómo la administración estadounidense vuelve al acuerdo nuclear con Irán. Sin lugar a dudas, debe echar de menos a Donald Trump, que apoyaba a Israel sin cuestionarlo y daba a Netanyahu todo lo que quería. A Israel no le gustaría que Irán tuviese plena capacidad militar nuclear y le gustaría seguir siendo el único con tal poder en la región.
Israel cuenta con el apoyo y complacencia de los servicios de inteligencia, militares y mediáticos de la mayoría de los países del mundo, principalmente de Occidente y de la mayoría de los países del Golfo. Dispone de instalaciones de las que no goza ningún otro país del mundo, y todas sus operaciones de sabotaje -a diferencia de las que realiza contra Irán- se encubren y se ocultan.
Sin embargo, Israel se dio cuenta de que sus más de 1 mil atentados reivindicados contra objetivos iraníes, la fracasada partición de Siria e Irak y la guerra contra Yemen eran objetivos imposibles de alcanzar. Todos estos fracasos se deben principalmente al apoyo de Irán a sus aliados, lo que impidió no sólo a Israel, sino también a la comunidad internacional (Occidente y los países del Golfo), obtener la ventaja contra la mayor coalición reunida en Oriente Medio durante estas últimas décadas.
Irán no tiene ventaja en Siria para tomar represalias contra la continua violación israelí de la soberanía siria. Sin embargo, en el Estrecho de Ormuz y en el Mar Rojo, Irán se siente "como en casa". En las últimas décadas, Irán no ha sido provocado a una confrontación, hasta el momento en que Estados Unidos asesinó al general de brigada iraní Qassem Soleimani mientras se encontraba en una misión diplomática en Bagdad, Irak. Teherán continuó su camino hacia la consolidación de sus alianzas en Oriente Medio y América Latina (Venezuela). Además, Irán ha fabricado por sí mismo la mayor parte del armamento militar que necesita, especialmente drones y sus misiles de precisión, y ha suministrado eficazmente lo que sus aliados necesitaban para protegerse del dominio israelí y estadounidense.
Irán ha respondido a las sanciones estadounidenses y a los ataques de sabotaje israelíes, así como al asesinato del científico iraní, intensificando su enriquecimiento de uranio y construyendo más centrifugadoras. Ha comenzado a enriquecer uranio más rápidamente: con su más reciente centrifugadora nuclear avanzada IR-9, ha alcanzado el nivel del 20% de pureza y ha anunciado que está comenzando el enriquecimiento al nivel del 60% y que se dirige hacia un 90% si no se alcanza un acuerdo.
Sin embargo, Irán mantuvo la puerta abierta para que Biden restablezca la confianza y reconstruya el puente que Donald Trump había extinguido. La pelota está ahora en el tejado de la administración estadounidense: volver al JCPOA sin condiciones o ver cómo Irán alcanza la producción y capacidad nuclear total. Si esta última es la opción de Estados Unidos, debería estar preparado para enfrentarse a un Irán mucho más fuerte cuando el proceso atómico alcance, como es posible que ocurra, el punto de no retorno.
Este artículo fue publicado originalmente en el blog de Elijah J. Magnier el 16 de abril de 2021, la traducción fue realizada por Eli C. Casas.