En el contexto de los ensayos nucleares de la OTAN en el Mar del Norte, es necesario recordar que casi medio millón de estadounidenses murieron en los años 1950 como consecuencia de las pruebas de la bomba atómica por parte de Estados Unidos. 

¿Cómo ocurrió? En 1949, Estados Unidos trasladó la mayor parte de los ensayos nucleares al Pacífico Sur, específicamente a una instalación de pruebas en Nevada. Todas estas fueron pruebas sobre el suelo que generaron bastante lluvia radiactiva, incluido un isótopo de yodo especialmente peligroso llamado yodo-131.

Como era de esperarse, las concentraciones más altas se encuentran inmediatamente a favor del viento del sitio de pruebas de Nevada. Afortunadamente, estas son áreas de escasa población; sin embargo, esto no evitó que el yodo fuera transportado por los vientos de gran altura y luego depositada por las lluvias en todo el país.

Del estudio que se hizo, se llegó a la conclusión de que la mayoría de las víctimas estaban bastante lejos de Nevada. Una combinación de ganadería lechera extensiva y altas poblaciones significó que la mayoría de las muertes ocurrieron en el medio oeste superior que se extendía hasta la costa este. 

Un cálculo aproximado sugiere que el número total de muertes por las pruebas durante los años 1950 fue de alrededor de 400 mil, mucho más alto que la mayoría de las estimaciones anteriores. Los niños se vieron afectados de manera desproporcionada porque beben más leche y tienen tiroides más pequeñas.

Las pruebas fueron prohibidas una década más tarde, lo que evitó que murieran millones de estadounidenses. Este dato histórico nos pudiera dar una idea de las dimensiones de una catástrofe nuclear, elemento con el que juega la OTAN proyectando una guerra total contra Rusia, y al mismo tiempo da cuenta del precario grado de seguridad por parte de las autoridades estadounidenses en torno a las pruebas atómicas.