La región del Pacífico constituye un importante polo de desarrollo económico en la actualidad, por lo que es posible que esa zona, que incluye potencias emergentes como China e India —los países más poblados del mundo—, se convierta en un epicentro de disputas geopolíticas.
En los últimos años China ha proyectado su dinamismo económico por toda la región a través de alianzas comerciales y de cooperación. Mientras el país asiático continúa expandiendo su influencia a través de las relaciones económicas, Estados Unidos ha buscado la manera de frenar este avance por medio de plataformas como Quad, que incluye Australia, Japón e India. Del mismo modo conformó la alianza militar Aukus, otro bloque de seguridad compuesto por Estados Unidos, Australia y Reino Unido con miras a controlar el Pacífico Sur.
A este escenario descrito se añade otro elemento: un nuevo acuerdo de cooperación en defensa firmado entre Estados Unidos y Papúa Nueva Guinea en mayo. Según el secretario de Estado estadounidense y firmante del convenio, Antony Blinken, esto aumentará las capacidades en seguridad del país oceánico y elevará su presencia al sur del Pacífico, justo en un momento cuando se agudiza la tensión en la región.
Entre tanto, la postura de Papúa Nueva Guinea ha sido ambigua. Por una parte, el primer ministro James Marape afirmó que el pacto contiene una cláusula que prohíbe que el territorio de su país "sea utilizado como lugar para lanzar operaciones militares ofensivas" y, por otra, señaló que China seguirá siendo su mayor socio comercial, por lo que sus vínculos con el gigante asiático no serán afectados.
Papúa Nueva Guinea, situada al norte de Australia, tiene una ubicación estratégica ya que Estados Unidos podría estacionar tropas y buques en seis puertos y aeropuertos claves, incluida la base naval de Lombrum, en la isla de Manus, e instalaciones en la capital, Port Moresby. Esto le permitiría moverse libremente por las aguas de Papúa Nueva Guinea.
Sobre esta maniobra la posición de China fue firme: no se opone a los intercambios normales y a los vínculos de reciprocidad pero se opone a los "juegos geopolíticos" en tanto que señala que "ninguna cooperación debe dirigirse contra terceros".
Aunque las autoridades de Papúa Nueva Guinea lo nieguen, están entregando su soberanía a Estados Unidos, que ahora tendrá la posibilidad de entrar y salir del país oceánico a través de sus amplias aguas soberanas.