Dom. 01 Diciembre 2024 Actualizado Viernes, 29. Noviembre 2024 - 18:30

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Las sanciones crean perturbaciones masivas en la vida cotidiana de los ciudadanos, impactan la cultura política del Estado objetivo e inducen shocks en la economía (Foto: Archivo)

Sanciones: arma de destrucción masiva social y económica

En febrero de este año se publicó el libro How Sanctions Work: Iran and the Impact of Economic Warfare (Cómo funcionan las sanciones: Irán y el impacto de la guerra económica) de los especialistas Narges Bajoghli, Vali Nasr Djavad Salehi-Isfahan y Ali Vaez, quienes combinan sus disciplinas de conocimiento (antropología, estudios internacionales y economía) para intentar acercarse al tema desde una mirada holística.

Si bien la investigación está basada en el caso de Irán, el contenido hace referencia a la construcción conceptual de las sanciones, siendo su premisa fundamental responder la pregunta de cómo funcionan en general.

Entre las reseñas que comienzan a circular sobre el libro destaca la de Esfandyar Batmanghelidj, experto en sanciones y fundador y director ejecutivo de la Fundación Bourse & Bazaar, grupo de especialistas sobre diplomacia económica y geopolítica en Asia. A continuación queremos reseñar algunos aspectos que creemos resaltantes del libro.

Según Batmanghelidj, el libro propone un ángulo diferente para el estudio de sanciones porque se aleja de los enfoques tradicionales que centran su atención en las modalidades, diseños y las características legales o institucionales, para orientarse hacia las sociedades y economías que son objeto de la aplicación de sanciones.

Esta perspectiva, acorde a los autores, contribuye a responder la pregunta neurálgica sobre cómo opera este instrumento de guerra económica.

Los autores consideran que la pregunta sobre si funcionan las sanciones es errada ya que, dado que el Estado ejecutor es mucho más poderoso que el afectado, sus consecuencias negativas —es decir, su “funcionalidad”— están dadas por sentado.

En este sentido, los autores indican: “Cuando un país con el tamaño y el poder económico de Estados Unidos impone duras sanciones a un país, por supuesto que 'funcionan': ellas crean perturbaciones masivas en la vida cotidiana de los ciudadanos, impactan la cultura política del Estado objetivo e inducen shocks en la economía”.

En la lectura de Batmanghelidj sobre el libro, los arquitectos de las sanciones estadounidenses han tenido una visión dogmática sobre su uso, efectividad y alcance. Asegura, además, que las medidas no han resultado efectivas en Cuba, Irán, Irak, Siria, Corea del Norte, Venezuela y Rusia, aunado a que desde la emergencia de la administración Trump hubo una implementación abusiva de la coerción económica para lograr sus propositos políticos.

Batmanghelidj destaca la forma en que los investigadores plantearon el objeto de estudio. En los primeros capítulos concentraron sus hipótesis en Fariba, una maestra iraní jubilada, quien alguna vez “llevó una sólida vida de clase media en Teherán”, hasta que las sanciones ilegales estadounidenses impactaron fuertemente en su calidad de vida, al punto de que se preocupa constantemente para extender sus precarios ingresos “lo más lejos posible”.

A partir del capítulo 3, los investigadores se centran en la afectación general de las sanciones sobre la economía iraní, y afirman que “entre 2011 y 2019 unos 9 millones de personas perdieron su estatus de clase media y se unieron a las filas de la clase media baja, inclusive tal vez a los pobres”. Obviamente, la potencia de este daño se origina en que las medidas afectaron el sector petrolero iraní, quizá uno de los de mayor importancia para el país.

Por otro lado, la obra introduce una innovación analítica que va más allá de la tradicional relación causa-efecto. Para Batmanghelidj, crearon “una cosmología de sanciones, la primera en su tipo: una descripción de sus fuerzas, los cuerpos sobre los que actúan y las órbitas y trayectorias alteradas”.

Otro aspecto relevante es la advertencia que forja la conclusión del libro, ya que en el contexto actual el uso de sanciones destructivas se ha normalizado y ampliado considerablemente durante los últimos años. En este sentido, los autores indican: “Ahora que Estados Unidos sanciona economías más grandes como Rusia y amenaza con medidas más severas a un país como China, nos corresponde a todos examinar críticamente las sanciones económicas. Dicho de otra manera, es hora de entender cómo ellas funcionan realmente”.

Este tipo de reflexión cobra mayor sentido para Venezuela, signada por un contexto donde Estados Unidos pretende usar la revocatoria de licencias —otorgadas en octubre de 2023— como mecanismo de extorsión a fin de alcanzar sus objetivos políticos en el país.

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