Durante su segundo mandato como presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro ha alcanzado hitos fundamentales para superar las crisis generadas por la oposición extremista y Estados Unidos, lo que ha encaminado al país hacia un horizonte de estabilidad política, económica y social. Estos logros han fortalecido su liderazgo dentro del chavismo y lo han posicionado como el candidato natural de la Revolución Bolivariana en el proceso electoral presidencial del 28 de julio de este año.
A continuación presentamos cinco logros estratégicos que lo han convertido en la única opción política y electoral del chavismo.
Superación de la hiperinflación
Las sanciones económicas, financieras y comerciales son instrumentos de presión ampliamente utilizados por Estados Unidos para influir sobre gobiernos no alineados y forzar cambios, en su mayoría fuera de la legalidad, en su administración interna o sistema político.
En el caso de Venezuela, si bien la eficacia de estas medidas en cuanto a sus objetivos neurálgicos es cuestionable, su impacto sobre la economía nacional es innegable. Esta política ha sido predominante en el gobierno de EE.UU. desde que se emitió, en 2015, el decreto que califica a Venezuela como una "amenaza inusual y extraordinaria" para su seguridad nacional, y alcanzó su punto máximo con la estrategia de "máxima presión" de la administración de Donald Trump en 2017. Estos shocks han obstaculizado el crecimiento económico y han restringido el flujo de bienes y capitales en el país, lo que ha generado fallas estructurales que, a través de campañas mediáticas, son atribuidas a una supuesta mala gestión e ineficacia del gobierno.
En total, se han aplicado 930 medidas coercitivas unilaterales, más de la mitad dirigidas contra el Estado venezolano, especialmente contra su principal motor económico, Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA). Los mayores picos de inflación se registraron entre 2018 y 2019, años coincidentes con las medidas más agresivas de Estados Unidos contra el país.
En este contexto, durante el segundo mandato del presidente Nicolás Maduro, Venezuela viene implementando un plan que ha logrado revertir la hiperinflación. En esta última etapa del ciclo de gobierno se evidencian resultados positivos y claros. Actualmente la tasa de inflación en Venezuela es la más baja de los últimos 12 años, con una reducción de 1,2% en febrero con respecto a enero y una inflación anual de 75%, alta aun pero que dista mucho de los niveles observados en los últimos años.
Las políticas económicas implementadas por el gobierno venezolano son diversas y responden a una agresión multifactorial. Estas acciones van desde las realizadas por el Banco Central de Venezuela (BCV) para controlar el tipo de cambio, hasta políticas destinadas a fortalecer la recaudación tributaria y combatir la corrupción para proteger los ingresos nacionales del expolio y el saqueo.
La erradicación de la hiperinflación en Venezuela representa un hito significativo logrado por el presidente Maduro, que además es punto de partida para su segundo logro.
Crear la base de un nuevo modelo económico productivo
El presidente Nicolás Maduro ha propuesto la construcción de un modelo económico propio y diversificado del cual, en primera instancia por su impacto en la recuperación del bienestar social, hay que destacar el impulso a la producción agroalimentaria, que ha acercado al país a la autosuficiencia en muchos rubros de la dieta básica venezolana. Este aumento se refleja en la disponibilidad de los productos consumidos por las familias en supermercados y mercados, tanto de elaboración nacional como importados.
Además, el sector industrial ha experimentado un importante repunte en 2023, con un crecimiento de 3,93% en el tercer trimestre del año pasado, mientras que en el mismo periodo la actividad comercial creció 3,49%. El gobierno ha establecido el Consejo Nacional de Economía Productiva para diseñar estrategias económicas a escala nacional y asimismo fomentar la colaboración entre empresas públicas y privadas.
La diversificación de la economía venezolana no implica el abandono del sector petrolero. El gobierno comprende lo crucial que es esta industria en los ingresos económicos de Venezuela y es por eso que su enfoque de recuperación económica se ha visto reflejado en los datos recientes que muestran que en 2023 el país experimentó un significativo incremento de 12,3% en las exportaciones de petróleo crudo, generador de un total de 6 mil 230 millones de dólares, que apuntala un crecimiento económico orgánico apoyado en la diversificación y la creación de riqueza real.
A pesar del desafío que imponen el bloqueo y las sanciones estadounidenses, que continúan a pesar de licencias específicas y temporales, la recuperación económica de Venezuela sigue su curso y la economía continúa su crecimiento impulsada por la estrategia gubernamental. El año 2023 cerró con un crecimiento de su PIB superior a 5%, uno de los más significativos, comparativamente hablando, de la región latinoamericana y caribeña.
Afianzamiento de relaciones con China, Rusia e India
En Eurasia se están llevando a cabo transformaciones significativas en los ámbitos político y financiero, con iniciativas concretas que apuntan a desafiar la hegemonía del dólar estadounidense y, por ende, poner fin al chantaje y la coerción. Países del Brics+ como Rusia, China e India están desempeñando un papel crucial en la creación de una nueva estructura financiera independiente del control occidental.
Durante su segundo mandato, el presidente Maduro ha fortalecido su posición como nación integrante de esta dinámica multipolar en crecimiento en Eurasia. En este periodo presidencial ha realizado dos visitas oficiales a China, ha viajado a Rusia y ha recibido en varias ocasiones a su canciller, Serguéi Lavrov. Además, ha llevado a cabo giras internacionales por países euroasiáticos y de Asia Occidental. La vicepresidenta Delcy Rodríguez también ha realizado visitas oficiales a India. Venezuela ha participado en el Foro Económico de San Petersburgo, en la Unión Económica Euroasiática, y el presidente Maduro intervino en la primera participación del país en la XV Cumbre de los Brics+.
Estos acercamientos han llevado a acuerdos bilaterales que promueven avances en sectores claves para Venezuela, como la energía, la agricultura, la tecnología, la industria, el comercio, las finanzas y el turismo. Con sus potencialidades, especialmente en el campo energético, Venezuela también realiza importantes contribuciones a estos países que están construyendo nuevas plataformas de relaciones diplomático-económicas.
En este contexto es fundamental destacar la importancia de la solicitud hecha por el presidente Nicolás Maduro a los países del Brics+ para que Venezuela sea admitida en este grupo, petición que ha sido tomada en consideración. El mandatario no ha permitido que el país se quede estático ante los cambios en el panorama global, sino que apuesta por su integración en un mundo multipolar, basado en el respeto a la soberanía, la autodeterminación y la no injerencia externa.
Mantenimiento de la unidad del chavismo
El chavismo ha sabido constituirse como un bastión de resistencia frente a los embates políticos internos y externos, mediante los cuales se ha intentado desestabilizar el país y socavar sus cimientos. La unidad ha sido clave para mantenerse firmes ante estas adversidades, y se ha fortalecido la participación popular y la cohesión social en momentos de crisis, lo que ha demostrado un aprendizaje colectivo frente a un enemigo claramente identificado.
La serenidad política y la capacidad de adaptación que el presidente Maduro ha sabido forjar en las bases del chavismo durante más de una década de guerra no convencional que se ha ejercido contra Venezuela se han vuelto imprescindibles en este camino de adversidades, pero además estas cualidades son esenciales para las transformaciones políticas, económicas y sociales que se buscan para el país.
En este momento crucial de la historia del chavismo, la capacidad de reinventarse y adaptarse a los nuevos tiempos será determinante para su relevancia en el futuro. Por tanto, es fundamental que el jefe de Estado venezolano continúe ejerciendo su liderazgo para así mantener la solidez dentro del bloque del chavismo y lograr estos objetivos planteados.
Paz institucional y normalización política
Si, por un lado, bajo el mandato de Nicolás Maduro se ha preservado la cohesión del chavismo, es aun más relevante que su gobierno ha sido garantía de la paz institucional y la normalización política que goza hoy el país.
Guerras económicas, amenazas de invasión, intentos de magnicidio, planes de golpe de Estado, promoción de revoluciones de colores, fabricación de gobiernos e instituciones falsas; todos estos recursos utilizados de forma encubierta en esta última década, han sido efectivamente desarticulados por el gobierno venezolano en aras de proteger la paz y la estabilidad nacional.
La insistencia del presidente Maduro en este rumbo ha sido tal que incluso ha conseguido un cambio de enfoque en sectores de la oposición, que actualmente disienten del extremismo y eligen una postura contraria al gobierno desde la participación política, el diálogo y la negociación. Con esto, se ha reducido la capacidad de actuación de la oposición extremista alineada a Washington, responsable fundamental de la aplicación de sanciones y las distintas operaciones de cambio de régimen en la última década.
Esto ha tenido un correlato en la defensa estratégica de la soberanía, como quedó demostrado a finales del año pasado con el recrudecimiento del conflicto con Guyana, atizado por la empresa ExxonMobil. A raíz de esto, el jefe de Estado propuso acciones para defender la Guayana Esequiba, a través de un referendo consultivo a principios de diciembre, que ejemplificó su compromiso con la soberanía y la integridad territorial de la República Bolivariana.
Defender lo alcanzado hasta los momentos pasa por reconocer el liderazgo que lo ha hecho posible, el de Nicolás Maduro. El 28 de julio se trata de eso.