Jue. 28 Noviembre 2024 Actualizado 8:43 am

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Vista aérea del contrataque de la República Islámica de Irán contra Israel. (Foto: REUTERS)
Drones y misiles balísticos y crucero desde Irán hacia Israel

Irán contraataca: cuatro aspectos de la operación "Promesa Verdadera"

El 1.o de abril de 2024 Tel Aviv agredió y destruyó con ataques aéreos el consulado de la República Islámica en Damasco, Siria, hecho en el que mató un total de 13 funcionarios iraníes, entre ellos al alto comandante del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (CGRI), general Mohammad Reza Zahedi, además de a otros dos comandantes de alto nivel del cuerpo. El Estado de Israel pasó una nueva línea roja —de tantas— del Derecho Internacional.

1. El hecho y el posible giro en los acontecimientos a partir de ahora

El ataque, que el Derecho Internacional considera crimen de guerra, originó una fuerte respuesta del líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, quien aseguró que "Israel se arrepentiría", anuciando una respuesta militar directa y proporcional al embate cometido contra su sede diplomática. 

Ayer, 13 de abril, el CGRI lanzó un enjambre de drones y misiles balísticos y crucero hacia Israel, dirigidos a blancos sensibles de infraestructura militar involucrados con el ataque al consulado. 

"Luego de más de diez días de silencio y negligencia de las organizaciones internacionales, sin condenar la agresión y criminalidad del régimen sionista al atacar la sección consular de la embajada de la República Islámica en Damasco, como parte de las agresiones a los territorios del país más el martirio de siete asesores legales sin castigar al regimen criminal de Israel, en particular el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en concordancia con el artículo 7 de su Carta, en respuesta a estos crímenes y ejecutando lo basado en advertencias previas, asegurando las exigencias legítimas de Irán, y en función de castigar al agresor, la institución militar, empleando sus capacidades en inteligencia estratégica, misiles y drones, atacó objetivos del ejército terrorista sionista en los territorios ocupados, impactándolos con éxito y destruyéndolos", afirma el segundo aviso emitido por el CGRI.

Al mismo tiempo, el comunicado también alertó que cualquier apoyo de Estados Unidos obtendrá una respuesta decisiva y desafortunada de las fuerzas armadas iraníes, mientras enfatizaba su política de buena vecindad con los países y Estados de la región, con lo cual dejó sentado que cualquier retaliación será enfrentada con una "respuesta mutua y proporcional" a la "fuente de la amenaza" a la República Islámica. 

La Operación, que pudiera traducirse como "Promesa verdadera", pareciera inspirarse en un versículo del Corán (Surah ar-Rum 30:60) que dice: "Así que sean pacientes, pues la promesa de Alá es ciertamente verdadera. Y no se perturben por aquellos que no tienen una fe firme". 

Con esta acción militar Teherán no solo responde de forma focalizada y específica la última —de tantas— agresiones israelíes, convencida de la falta de consecuencias, sino que al mismo tiempo, como lo establece la notificación, apunta en la misma dirección contra el "orden basado en reglas" de Estados Unidos y sus remolques al otro lado del Atlántico. 

Al dejar establecida una nueva dimensión basada en la proporcionalidad y la reciprocidad, Irán modifica la ecuación de fuerza y las normas para entablar el combate en la región.

La situación, por esto, abre una nueva etapa en el conflicto, primero en Asia Occidental y el mundo árabe; segundo, dentro de la inercia del orden internacional. 

2. precisiones básicas: objetivos estrictamente militares

La respuesta de Irán fue materializada a través del lanzamiento de drones, misiles crucero y balísticos, lo que ha representado un hecho de gran magnitud en términos de movilización militar. Recordemos que la industria de drones de la República Islámica es una de las más avanzadas mundialmente. 

La operación militar desarrollada por Teherán se encuentra amparada, como lo refirió su delegación ante la Organización de las Naciones Unidas, en el artículo 51 de la Carta de la Naciones Unidas, que valida el derecho a la legítima defensa a partir de la agresión realizada contra su consulado.

Según la información proporcionada por medios iraníes, los ataques habrían sido efectivos en su mayoría y habrían alcanzado la base aérea de Navtaim, ubicada en el desierto de Néguev, cerca de Beersheba, y base principal para los cazas F-35. Asimismo, también se reportó que el aeropuerto militar Pivatim habría sufrido importantes daños. Estas infraestructuras estuvieron directamente asociadas con el embate al consulado en Damasco y, además, han sido usadas como plataformas para las constantes agresiones aéreas contra Gaza. En tal sentido, la respuesta de Irán puede considerarse como limitada a nivel técnico, en correspondencia a la vulneración sufrida. 

Así lo declaró el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Irán, general Mohammad Bagheri, ante medios de comunicación, cuando agregó que durante la operación fueron destruidos dos cuarteles generales israelíes, concretamente el cuartel general de los servicios secretos israelíes en el Monte Hermón y la base "Nevtaim". El Jefe del Estado Mayor señaló también que, a pesar de que Estados Unidos hizo todo lo posible para proteger al Estado de Israel en el espacio aéreo de Irak y Jordania, no tuvo éxito.

Por otro lado, la descomunal correa de transmisión de medios occidentales al unísono hablan de una efectividad israelí casi total, sin que hayan publicado evidencia gráfica alguna de los objetivos. Así como es probable que ambas partes magnifiquen su desempeño, la ausencia de evidencias exactas de Israel, y dada la tradición sostenida de mentir en estos casos, pone la balanza de la veracidad a favor de la República Islámica.

En tiempo real atestiguamos un esfuerzo colosal y expansivo de control de daños, que matiza el daño reputacional al "ejército más moral del mundo". 

3. Efectos y asimetrías

La precisión de estos ataques y su severo impacto compromete la capacidad y versatilidad de la llamada "Cúpula de hierro" israelí, y expone vulnerabilidades significativas de su sistema defensivo antiáereo y la dependencia que mantiene de Estados Unidos, en general, en materia militar para repeler ofensivas que no provengan de misiles de baja factura industrial, creados en talleres clandestinos en Gaza. 

Con este hecho se sumaría otro fracaso, en su dimensión comercial y de mercado, de los sistemas antimisiles occidentales —sobre todo estadounidenses— a los ya evidenciados en el teatro de operaciones de Ucrania, donde quedó en entredicho su efectividad.

Otro dato central tiene que ver con los gastos que generó la defensa israelí. El costo de los interceptores desplegados supera, sin lugar a dudas, los mil millones de dólares, financiados en conjunto por Estados Unidos e Israel. Se estima que, con este tipo de respuesta, Israel podría resistir hasta dos ataques, o incluso menos, sin la asistencia estadounidense antes de agotar sus recursos.

A la par de la acción desde Irán, aliados del Eje de la Resistencia también lanzaron su propia carga de drones y misiles, lo que saturó el sistema y obligó a Jordania, Estados Unidos y el Reino Unido a colaborar en la defensa antiaérea.

Habrá que esperar la reacción en las calles de Jordania a la monarquía hachemita luego de reprimir las potentes movilizaciones que en los últimos días se han dado lugar en Ammán y otras ciudades del reino.

Hezbolá al sur del Líbano, formaciones militares de las Fuerzas de Movilización Popular iraquíes, así como Ansaralá y el ejército de Yemen participaron en la operación en territorios ocupados por Israel. Coordinación y efectividad que ha aumentado desde el recrudecimiento de la ofensiva contra Israel tras su respuesta en la Franja de Gaza y Cisjordania después del 7 de octubre.

Asimismo, se conoció que el presidente Joe Biden, en conversaciones con su homólogo israelí Benjamín Netanyahu recomendó a Tel Aviv evitar una escalada a partir de una contrarrespuesta al ataque con drones iraní.

4. probables Implicaciones inmediatas

Con lo volátil que ha sido el comportamiento del gobierno de Netanyahu, es muy difícil que no haya una respuesta contra objetivos iraníes. Lo que implicaría una escalada que arrojaría a la región a una zona de conflicto abierto y de alta intensidad entre dos potencias militares medias, sin precedentes en las últimas décadas. 

Pero así como este peligro es inminente, las sucesivas recomendaciones estadounidenses al gabinete de Netanyahu en cuanto a abstenerse de una nueva ronda de respuestas hace también probable que la reacción se postergue. 

Sin conocer el desenlace, en un primer momento pareciera que al gobierno israelí le interesaba desde siempre regionalizar el conflicto que mantiene con el genocidio esquemático y sistemátcio en Gaza, y en menor medida en Cisjordania. 

Un escenario previsible en función de lo más evidente sería que, tras las manifestaciones presenciadas en los últimos días contra su gobierno, en las que se pedía la dimisión del premier, un ambiente de guerra favorezca a Netanyahu para reafirma su poder y autoridad en el gobierno y en el Estado. Pero, valga la contradicción, esos mismos elementos podrían jugar exactamente en contra, incluso respondiendo, según el carácter de los sectores más extremistas —Smotrich y Ben Gvir a la cabeza— con el colapso de la alianza actual. 

Si bien no hay que perder de vista las acciones durante las próximas horas por parte del Occidente en general y de Estados Unidos en particular, también hay que estar atento de países como Egipto y las monarquías del golfo que, históricamente, pero sobre todo en el pasado reciente, se han mostrado ambivalentes en romper con Tel Aviv, no libres de tensión entre lo que demanda la calle y lo que exige el equilibrio inestable de su realpolitik y su pragmatismo comercial.

Mención especial hacemos tanto del Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico y de la Organización para la Cooperación Islámica, instancias en las que seguramente se abordarán los hechos acaecidos este sábado 13 de abril en las próximas horas. Rusia, por otro lado, convocó una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU. La cantidad de variables no terminan de configurar un escenario concreto de predictibilidad lineal. 

La inestabilidad de la zona sumará volatilidad a los mercados energéticos globales, los mismos que ya resentían la incertidumbre de la inminente respuesta iraní —el brent subía 2,4% al final del viernes 12 de abril—, mucho más si se concreta la respuesta israelí en las horas por venir.

Sin saber o poder predecir cómo culminarán estos acontecimientos, estamos seguros de que en las próximas horas se agregarán elementos que enriquecerán el análisis que se haga del conflicto, ya abierto —al parecer— entre Israel y la República Islámica de Irán.

Lo cierto es que, pase lo que pase, Israel y sus aliados occidentales deben calcular mejor que antes su actuación. Sin descartar que este es el escenario que los círculos extremistas en Estados Unidos han querido buscar desde hace tiempo. 

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