Jue. 28 Noviembre 2024 Actualizado ayer a las 5:51 pm

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Un ciudadano brasileño se aferra a una bombona de oxígeno en Manaos, ciudad amazónica de Brasil (Foto: AFP)

Se acentúa la crisis política y sanitaria en Brasil

"En Brasil, cada estado está decidiendo cómo combatir la pandemia en su territorio ante la ausencia de dirección del gobierno federal", comienza el reporte diario del miércoles 27 de enero del Instituto Samuel Robinson para el Pensamiento Original. En el país latinoamericano "la segunda ola llegó con aumento de casos en más de la mitad del territorio. Las cifras oficiales indican que uno de cada 1 mil brasileños ha muerto de covid (217 mil fallecidos entre los 210 millones de habitantes) y casi 9 millones se han contagiado. Es el segundo país en muertes y el tercero en casos".

A todo esto se unen las tensiones sociales y políticas debido a la pobre gestión del covid por parte del gobierno federal: "El caso Manaos, donde se registraron muertes de pacientes asfixiados en los hospitales por falta de oxígeno, ha sido un punto de quiebre en la vida social brasileña, sobre todo en esos territorios fronterizos donde la precarización de la salud es más acentuada".

Sigue el Instituto Robinson: "Ese hecho ha desatado protestas convocadas por movimientos de izquierdas y de derechas. Las peticiones de impeachment ya rondan las 60 solicitudes".

La periodista Naiara Galagarra comenta en su reportaje desde Manaos, citado en el reporte, que "el presidente de la Cámara de los Diputados, Rodrigo Maia, ha advertido de que no pretende tramitar las solicitudes de juicio político. A Maia, de centroderecha, le queda menos de una semana en el cargo porque las presidencias de las dos Cámaras del Congreso se renuevan el lunes próximo. Los presidentes actuales y los candidatos a sucederles no vislumbran un clamor popular ni el apoyo parlamentario suficiente para someter el asunto a sus señorías en este momento".

De esta manera el fantasma del juicio político (impeachment) vuelve a sacudir Brasil, provocando una agudización de la crisis existencial del gigante país sudamericano.

El Instituto Robinson cita otros datos:

"El rechazo a la gestión de Bolsonaro ha aumentado en el último mes, coincidiendo con el agravamiento de la epidemia. A la vez, cesaron las ayudas directas a un tercio de la ciudadanía que devolverá a millones a la pobreza. Según encuestas, el descontento es de ocho puntos hasta el 40% o el 60%. Sin embargo, un tercio de los brasileños todavía alaba la gestión del presidente".

El think-tank venezolano analiza la importancia de los datos presentados:

"La gestión de la pandemia en Brasil ha sido errática y negligente. El arranque de la vacunación, lastrado por la falta de dosis y los fiascos de la diplomacia para conseguirlas a tiempo, expusieron detalles como el retraso en el envío desde India de las dosis de vacunas compradas a AstraZeneca/Oxford y la no respuesta de Bolsonaro a una oferta de Pfizer sobre las vacunas; eso, al hacerse público, ha acrecentado la indignación".

Por último, el instituto considera que el caso Manaos fue un punto de inflexión que "pone en perspectiva las acciones futuras de gobiernos vecinos como Venezuela, quien brindó ayuda humanitaria suministrando oxígeno a los hospitales de la capital amazónica, las cuales ya contaban con al menos 50 muertes sospechosas. Pero Venezuela también ve peligrar su frontera con el incremento de los casos en Brasil, y debido a ello se reserva las acciones que pueda emprender en su paso fronterizo para seguir brindando protección a los venezolanos".

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