Jue. 28 Noviembre 2024 Actualizado ayer a las 5:51 pm

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Dos caza bombarderos F-18E "Super Hornet" de la marina estadounidense en la operación internacional contra el ISIS (Foto: AFP)

El mensaje de Biden a Irán en Siria e Irak: el campo de batalla ha sido inaugurado

Varios F-15 han lanzado un ataque contra múltiples objetivos en la frontera sirio-iraquí contra las fuerzas de seguridad iraquíes, Hashd al-Shaabi (Fuerzas de Movilización Popular – PMF, por sus siglas en inglés), bajo orden directa del presidente Joe Biden. Se trata de la primera acción militar de esta índole ordenada por el nuevo presidente y, sin lugar a dudas, no será la última.

Por el momento, el presidente estadounidense ha seguido los pasos de su predecesor en lo que respecta a las "sanciones" impuestas a diversos Estados y grupos extranjeros. Una excepción simbólica fue la exclusión de Ansar Allah yemení del listado de grupos terroristas estadounidense, sin embargo, no levantó las duras "sanciones" impuestas al suministro de alimentos, medicinas y petróleo sobre Yemen. 

No debemos considerar los bombardeos de Estados Unidos contra las posiciones de las PMF –descritas por el Pentágono como "milicias respaldadas por Irán"– como otra cosa que no sea un mensaje directo a Irán. Estados Unidos está expresando con el bombardeo de las fuerzas de seguridad iraquíes que la opción militar está sobre la mesa, y que se utilizará sin vacilar contra cualquier amenaza a los intereses de Estados Unidos en Oriente Medio, en particular aquellos cercanos a Irán.

No obstante, tal desafío no coge por sorpresa a Irán, que ha prometido expulsar a todas las fuerzas estadounidenses de Asia occidental tras el asesinato ilegal del general Qassem Soleimani. El campo de batalla, pues, ha sido inaugurado.

Hace unos días, el presidente Biden se puso en contacto con el primer ministro iraquí, Mustafá al-Kadhimi, tras los ataques con cohetes contra las bases estadounidenses en el Kurdistán iraquí a principios de este mes. Biden comunicó a al-Kadhimi que tomaría represalias contra el ataque. Sin embargo, el primer ministro iraquí falló a la hora de informar al presidente estadounidense de que el mandato de las fuerzas estadounidenses no permite la violación de la soberanía iraquí, ni el bombardeo de sus fuerzas de seguridad, desplegadas a lo largo de la frontera para impedir el movimiento a través de la línea de suministro del Estado Islámico (ISIS) y posibles ataques.

Biden, al igual que su predecesor, Trump, ordenó el bombardeo de la posición más crucial para Irán y sus aliados: el cruce de Abu Kamal – al Qaem. Este mismo cruce estaba bajo el control del ISIS cuando el teniente general Qassem Soleimani, ahora asesinado, dirigió el ataque para liberarlo, tras la ocupación estadounidense del cruce de al-Tanf entre Siria e Irak. Este rápido movimiento por parte de Irán enfureció tanto a Israel como a Estados Unidos, quienes deseaban imponer un asedio terrestre a Siria para impedir el flujo de mercancías desde Irak, evitando así un enlace sólido entre Teherán, Bagdad, Damasco y Beirut (el llamado "Eje de la Resistencia"). A día de hoy, las fuerzas estadounidenses siguen ocupando el cruce de al-Tanf y no tienen ninguna intención declarada de abandonarlo.

Ciertamente, el "Eje de la Resistencia" dispone de una línea de suministro a través del aeropuerto de Damasco y del puerto de Tartous. Sin embargo, el cruce terrestre es vital para mantener el flujo de suministros, en particular cuando Siria está bajo duras "sanciones" estadounidenses impuestas por Trump y mantenidas por Biden. Los efectos de la "Ley César", la ocupación estadounidense del noreste de Siria (de donde proviene el 80% del petróleo sirio, más el 63% de su agricultura) y el bloqueo del cruce de al-Tanf tienen como objetivo crear un clima de descontento interno entre la población para que se vuelva contra el gobierno y el presidente.

Se trata de una "guerra blanda" ejercida por diversas administraciones estadounidenses, una estrategia que ha provocado muertes por hambruna en la región, aunque no ha resultado efectiva a la hora de hacer caer a ningún régimen en Oriente Medio. Hasta ahora, Biden está disfrutando de todas y cada una de las "sanciones" impuestas por Trump contra Siria e Irán.

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Primeras víctimas militares de Joe Biden: el miembro sunita de Hashd al-Shaabi, Rahi Salam Zayd al-Sharifi, de Hillah, la antigua ciudad de Babil (Babilonia), asesinado por un ataque aéreo estadounidense en las fronteras entre Irak y Siria (Foto: Elijah J. Magnier)

Paralelamente, la República Islámica aumentó el nivel de enriquecimiento de uranio al 20%, y el líder de la revolución, Sayyed Alí Jamenei, declaró que el país podría llegar al 60% sobradamente. El ministro iraní de Inteligencia, Mahmud Alavi, dio un paso más al afirmar que su país podría buscar la obtención de armas nucleares si persisten las "sanciones". Al mismo tiempo, Teherán detuvo la visita repentina del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) y redujo las visitas de los inspectores en un 30%. Se espera que el 26 de marzo Irán cierre el acceso de los inspectores de la OIEA a todas las instalaciones nucleares y tome más medidas para reducir aún más su cumplimiento del acuerdo nuclear (JCPOA). Irán exige a Estados Unidos que levante primero todas las "sanciones", que permita al resto de países pagar a Irán por su petróleo, y devolver los activos iraníes congelados en muchos países del mundo.

Estados Unidos ve la retirada gradual de Irán del acuerdo nuclear como una escalada, especialmente después de que Irán se negara a reunirse con un enviado estadounidense en el marco de una reunión general que incluía a China, Rusia, Reino Unido, Francia y Alemania. Los representantes de estos países han firmado el JCPOA y la posición iraní emana del hecho de que Estados Unidos abandonó el acuerdo en 2018, por lo que la presencia de Estados Unidos en la mesa es ilegítima, a menos que Washington vuelva al acuerdo y cumpla con el JCPOA primero. A Irán no le importa reunirse con un enviado de Estados Unidos, siempre y cuando este país vuelva a cumplir plenamente el JCPOA.

Estados Unidos seguía siendo pasivo ante las medidas de escalada de Irán porque fue el anterior presidente, Donald Trump, quien se retiró ilegalmente del JCPOA, violando el compromiso de Estados Unidos y la Resolución 2231 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. No obstante, el bombardeo estadounidense de las fronteras entre Irak y Siria es considerado por Teherán como un mensaje belicoso por parte de los estadounidenses. 

No hay duda de que Irán tiene fuertes aliados en Irak, puesto que se apresuró a suministrar armas, entrenamiento y asesores a Bagdad cuando el ISIS ocupó un tercio del país y Estados Unidos se negó a suministrar armas –ya pagadas– al gobierno iraquí. Irán armó a las PMF y las entrenó cuando Bagdad no tenía armas para detener al ISIS. Inevitablemente, muchos iraquíes serán fieles a los que impidieron la caída de su país y se enfadarán con los que se mantuvieron al margen, viendo cómo el ISIS crecía y se expandía con la esperanza de dividir a Irak (Joe Biden se posicionó a favor de ello cuando era vicepresidente con Barack Obama).

Sin embargo, Estados Unidos consiguió tener a muchos iraquíes de su lado, especialmente en Erbil, el Kurdistán iraquí y otras partes del país. Aun así, Estados Unidos rechaza cualquier reparto de poder en Irak y ha conseguido, con la ayuda de los principales medios de comunicación occidentales, demonizar a Irán, a las PMF y a cualquier político o grupo contrario a Washington. Esto ha provocado la transformación de Iraq en un campo de batalla entre Irán y Estados Unidos.

La flexión de músculos entre la nueva administración estadounidense e Irán ha comenzado, y con ello nuevas rondas de violencia con todos los frentes disponibles. El Pentágono describió el bombardeo como un "movimiento de desescalada", aparentemente sin saber que tendrá precisamente el efecto contrario, y que ha dado luz verde a la resistencia iraquí para abrir fuego a discreción contra las bases militares estadounidenses en Irak.

El bombardeo estadounidense de las fuerzas de seguridad iraquíes, las PMF, es otra violación de la actividad y el papel de la nueva administración en Irak. Los iraquíes locales aprovecharán la oportunidad para atacar a las fuerzas estadounidenses, justificándose con este ataque y la decisión del Parlamento de que todas las tropas extranjeras deben abandonar el país.

Sin duda, Irán acepta el desafío de Estados Unidos y lo afrontará con un enfoque reflexivo, manteniendo su determinación de expulsar a todas las fuerzas estadounidenses de Asia occidental, como prometió el imán Jamenei. Estados Unidos cree haber golpeado a Irán en la mejilla derecha, sin embargo, la República Islámica no pondrá la otra.


Este artículo fue publicado originalmente en el blog de Elijah J. Magnier el 27 de febrero de 2021, la traducción fue realizada por Eli C. Casas.

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