El ministro para Interior, Justicia y Paz, Diosdado Cabello, presentó el 17 de octubre un balance de las últimas acciones del gobierno venezolano en la desarticulación de planes terroristas contra el país.
Durante una rueda de prensa, Cabello abordó la detención de un grupo de 19 mercenarios contratados en Estados Unidos y Europa, quienes intentaron infiltrar un significativo arsenal de armamentos que ha sido ya decomisado por las autoridades en su mayoría.
En un esfuerzo por neutralizar la amenaza, se está llevando a cabo una búsqueda activa de un cargamento adicional que todavía permanece en circulación.
Entre los hallazgos destaca el decomiso de 71 armas de alto calibre tipo AK, fabricadas en Estados Unidos por la empresa Century Arms, que se suman a las 400 incautadas en septiembre. Este arsenal incluye 24 fusiles de asalto, introducidos por el estado Zulia en partes y ensamblados localmente.
Detrás de esta red de tráfico se encuentra Iván Simonovis, excomisario de la Policía Metropolitana de Caracas y vocero de la campaña "Ya Casi Venezuela", la cual está vinculada a Erik Prince, empresario estadounidense y fundador de la compañía mercenaria Blackwater. Simonovis coordina el traslado de armas desde Estados Unidos hacia Venezuela y otros destinos, incluido Bolivia.
La investigación ha llevado a las autoridades a identificar a varios expolicías vinculados con Simonovis, entre ellos Michell Ramírez, Mauricio Andrade, Leonardo Micalitti y Argenis Alcalá. Según el Ministro, estos individuos participaban en el ingreso de las armas al país para ensamblarlas y entregarlas a grupos terroristas.
Se informó sobre la detención de Jonathan Pagan González, un ciudadano estadounidense que tenía la misión de infiltrarse en organizaciones religiosas en Zulia.
Cabello se refirió a un hacker estadounidense arrestado durante el operativo, Gregory David Werber, y destacó su intención de perpetrar actos de sabotaje cibernético contra la infraestructura tecnológica de Venezuela. También mencionó la captura de un mercenario de nacionalidad estadounidense-boliviana, Jorge Marcelo Vargas, que estaba tomando fotografías a las refinerías petroleras en el estado Falcón.
plan de ataque con sello internacional
Las pruebas presentadas implican de nuevo al Centro Nacional de Inteligencia de España (CNI), con la colaboración activa de la CIA y de la Administración de Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos, en la organización de la incursión de los mercenarios.
Estos individuos, que ingresaron al país bajo la falsa identidad de turistas, son de ciudadanía estadounidense, peruana, colombiana, checa, libanesa y venezolana.
El objetivo de este grupo era atacar puntos estratégicos, asesinar líderes políticos y generar un clima de caos y violencia. La operación involucra a figuras claves del antichavismo —además de Simonovis— como Álvaro Uribe Vélez, Carlos Vecchio, María Corina Machado y Julio Borges.
El ministro Cabello presentó un comunicado de Interpol del pasado 7 de octubre que alerta sobre el contrabando de armas de fuego desde Estados Unidos hacia Venezuela, lo que confirma que las autoridades estadounidenses estaban al tanto de esta red de tráfico.
Conexión con grupos criminales
La investigación expone la convergencia entre actores internacionales y grupos delictivos locales. Las armas incautadas estaban destinadas a organizaciones criminales como el Tren del Llano y el Tren de Aragua, con el propósito de desplegar acciones terroristas.
En el marco de las operaciones para desmantelar este plan, durante una intervención en Las Tejerías se lograron capturar 33 fusiles que habían sido sustraídos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), donde las autoridades se enfrentaron a bandas desplegadas en los valles de Aragua.
El ministro Cabello subrayó que la desarticulación de estos grupos irregulares está en pleno desarrollo, con la detención de varios de sus miembros y la eliminación de algunos durante los enfrentamientos con las fuerzas del orden.
VINCULACiÓN CON EL swarming
La combinación de mercenarios, grupos delictivos, tráfico de armas y elementos de ciberguerra se podría inscribir dentro de la táctica del enjambramiento o swarming, promovido por María Corina Machado como parte de la agenda de cambio de régimen en el país.
Esta táctica, caracterizada por su naturaleza descentralizada y por la violencia focalizada, busca hostigar su objetivo desde múltiples frentes y a través de diversas modalidades de sabotaje. Según el documento "Enjambre en el campo de batalla: pasado, presente y futuro", del autor Sean J.A. Edwards, publicado por RAND en 2000, su efectividad depende de un liderazgo unificado y altamente coordinado, así como de un profundo conocimiento del terreno y la habilidad para eludir el control del adversario.
Aunque estos elementos fundamentales están debilitados, persiste el intento de fortalecer la dimensión armada de la desestabilización en Venezuela dentro de este enfoque, y buscan detonarlo con fuerza bruta.
Las operaciones para desmantelar grupos mercenarios, interrumpir las rutas de suministro de armas y neutralizar "células durmientes" del Tren de Aragua y del Tren del Llano evidencian la capacidad del gobierno para anticipar y desarticular tales maniobras.
Además, como planteó Misión Verdad en un análisis previo, el debilitamiento del liderazgo en torno a María Corina Machado ha limitado significativamente la relevancia del factor "ciudadano" en el plantamiento del swarming.
A este panorama se suman el descrédito de la campaña "Ya Casi Venezuela" y, en términos generales, una desmovilización en el apoyo hacia la narrativa de fraude electoral, nacional e internacionalmente hablando.
Bajo estas circunstancias, el desmontaje de acciones mercenarias pone de relieve cómo desde la CIA, el CNI, la DEA y otras entidades que participan en la guerra contra Venezuela aumenta la ansiedad y la frustración frente al afianzamiento de la paz y la normalidad política, social y económica en el país, elementos que diluyen las condiciones objetivas y subjetivas para el cambio de régimen.