El 4 de diciembre, la vicepresidenta ejecutiva y ministra de Petróleo de Venezuela, Delcy Rodríguez, arribó a la República Popular China con el objetivo de fortalecer aun más la relación bilateral, que fue elevada a Asociación Estratégica a Toda Prueba y a Todo Tiempo durante el viaje del presidente Nicolás Maduro a Beijing en septiembre de 2023, donde se reunió con su homólogo Xi Jinping y se firmaron un total de 31 convenios en el marco de la XVII Comisión Mixta de Alto Nivel (CMAN) entre ambos países.
En una conferencia de prensa el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Lin Jian, mencionó la relevancia de la llegada de Rodríguez, destacando que su misión tiene como finalidad continuar afianzando la amistad tradicional entre China y Venezuela. Este año se conmemoraron 50 años del inicio de las relaciones diplomáticas.
Lin expresó la expectativa de su país de que esta visita impulse la cooperación práctica en diversas áreas y ofrezca un nuevo ímpetu a la asociación estratégica, en beneficio de ambas naciones.
La gira en China: puntos destacados
Rodríguez sostuvo una reunión en Beijing con Zheng Shanjie, presidente de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de China. Durante este encuentro, ambas partes firmaron un nuevo acuerdo para impulsar y ampliar la colaboración en los sectores energético y financiero.
"Hemos suscrito el acta que recoge el nuevo camino energético y financiero entre nuestros países. Esto permitirá activar a un nivel más eficiente nuestra cooperación y ampliar nuestros horizontes en las áreas de trabajo para superar desafíos comunes", afirmó Rodríguez.
Después, la alta representante venezolana se reunió con su homólogo, Han Zheng. Durante esta cita el funcionario destacó que "China y Venezuela son buenos amigos que confían el uno en el otro, y que son buenos socios que buscan el desarrollo común".
El Vicepresidente chino habló de la importancia de continuar apoyándose mutuamente en temas que afectan los intereses fundamentales y las principales preocupaciones de cada nación. Además, enfatizó la necesidad de fortalecer la cooperación práctica y promover un mayor progreso en las relaciones bilaterales.
Por su parte, la Vicepresidenta y Ministra de Petróleo reafirmó el compromiso de Venezuela con el principio de una sola China y su apoyo a diversas iniciativas claves presentadas por el gobierno chino. Asimismo, manifestó la disposición de Venezuela para aprender de la "exitosa experiencia china en materia de gobernanza".
Rodríguez también resaltó la importancia de fortalecer la cooperación bilateral y la coordinación multilateral frente a las sanciones ilegales.
Los resultados de la colaboración bilateral son ostensibles: un incremento de 55% en el intercambio comercial en los últimos diez meses, lo cual supera las cifras de 2023.
El segundo día de su visita se centró en la consolidación de las alianzas energéticas mediante un encuentro con el presidente de la Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC), Dai Houliang. Ambas partes reiteraron su compromiso con una asociación basada en la confianza mutua y el desarrollo conjunto, y enfatizaron la necesidad de contrarrestar las presiones geopolíticas externas.
La CNPC, número tres en la lista de las 50 empresas petroleras más grandes del mundo, opera en más de 30 países y abarca desde la exploración y producción de petróleo y gas hasta la refinación y servicios financieros.
Se revisó el amplio mapa de cooperación energética, que contiente desde la inversión en producción hasta la prestación de servicios de ingeniería y el comercio de productos derivados, impulsor significativo del crecimiento económico y financiero de ambas naciones.
El presidente Maduro en declaraciones públicas comentó la labor de Rodríguez destacando la firma de acuerdos de alto impacto en áreas financieras, energéticas y tecnológicas, y recalcando la importancia de una continua optimización de la planificación y ejecución de estos proyectos.
La agenda incluyó una inspección al Hospital Universitario de Medicina de la Unión de Beijing, donde la Vicepresidenta pudo constatar los avances tecnológicos en medicina, especialmente en el uso de la inteligencia artificial y la cirugía mínimamente invasiva.
Esta visita se alinea con la colaboración preexistente con la empresa china Meheco, lo cual consolida la cooperación en el sector salud a través del intercambio de conocimientos, tecnología y formación profesional.
El 9 de diciembre continuó su itinerario en China recorriendo la ciudad de Shenzhen con el objetivo de consolidar el trabajo en las Zonas Económicas Especiales (ZEE).
Durante su estancia se reunió con el alcalde de la ciudad, Qin Weizhong, para explorar nuevas oportunidades de colaboración entre ambos Estados. El encuentro se centró en el intercambio de experiencias y en fortalecer los lazos comerciales y tecnológicos.
Rodríguez destacó el notable crecimiento económico y poblacional de Shenzhen, considerada el Silicon Valley del país. "Este desarrollo demuestra que, con sacrificio y esfuerzo, los pueblos pueden alcanzar grandes resultados", afirmó la funcionaria venezolana.
Ese mismo día conoció las instalaciones de la empresa china Kingdee. Junto a la delegación venezolana, Rodríguez apreció los avances de esta corporación que brinda gestión de software y servicios en más de 7 millones de empresas e instituciones de 170 países.
En el recorrido observaron algunas de las más de 4 mil tecnologías centrales de inteligencia artificial, análisis de datos e internet industrial de Kingdee, servicios que la convierten en la plataforma de servicios corporativos más confiable a escala mundial. La empresa también ha contribuido en la educación al colaborar con más de 200 universidades, incluida la Universidad de Shenzhen.
Petróleo y Zonas Económicas: puntos centrales de la agenda
En virtud de que China importó aproximadamente 11,5 millones de barriles de petróleo diarios en 2023, volumen que la convirtió en el principal importador mundial, la visita de la vicepresidenta Rodríguez tiene implicaciones relevantes para la industria energética venezolana. La cooperación en este sector es central en las relaciones entre ambos países, y los acuerdos firmados en la materia suponen una nueva capa de afianzamiento de las sinergias y complementariedades que los hacen ser socios naturales en el plano energético.
La recuperación de este sector, que sigue enfrentando desafíos debido a las sanciones económicas, ha encontrado en el apoyo de aliados estratégicos como China un pilar esencial para su revitalización. En tal sentido, la visita de Rodríguez profundiza los compromisos energéticos de cara a una eventual agudización del cerco económico y financiero en las primeras de cambio de Trump 2.0, cuando a mediados del próximo mes de enero oficialice la toma de la Casa Blanca.
Venezuela está capitalizando las ventajas que puede ofrecer a China en el ámbito energético. El crudo pesado, abundante en el país sudamericano, se presenta como un recurso clave para las refinerías chinas, especialmente en la provincia de Shandong, donde se ha desarrollado una infraestructura especializada para su procesamiento.
Esta integración de Venezuela en la cadena de suministro china no solo refuerza la seguridad energética de Beijing sino que también contribuye a su estrategia de diversificación, con lo cual puede alejarse de fuentes menos estables y consolidar una relación mutuamente beneficiosa.
Otro punto destacado en la agenda de la Vicepresidenta fue la cooperación en las ZEE. Un enfoque que se alinea con el memorándum de entendimiento firmado en septiembre del año pasado, durante la gira presidencial, para modernizar las cinco ZEE venezolanas ubicadas en la península de Paraguaná (estado Falcón), Puerto Cabello-Morón (estado Carabobo), La Guaira (estado La Guaira), isla de Margarita (estado Nueva Esparta) e isla La Tortuga (Dependencias Federales).
El interés central reside en la transferencia de tecnología y conocimiento desde Beijing. Se busca adaptar las líneas gruesas de su modelo que, a partir de su implementación en 1980, se consolidó como un motor fundamental para el crecimiento económico, la modernización, la innovación tecnológica, la creación de empleos y la mejora en la calidad de vida de amplias zonas del país asiático.
Esta medida forma parte de una estrategia de diversificación económica para Venezuela, que busca reducir la dependencia absoluta del sector petrolero y fortalecer la base productiva nacional. Al incrementar la inversión, tanto nacional como extranjera, y desarrollar capacidades locales, se promueve un panorama menos susceptible a los impactos negativos del bloqueo económico, ante la perspectiva de un posible recrudecimiento desde Washington.
Beijing-Caracas: contrapeso al unilateralismo de EE.UU.
Venezuela demostró una gran capacidad para sortear el cerco diplomático internacional orquestado por Estados Unidos durante el primer mandato de Donald Trump, ocurrido en el marco de la estrategia de "máxima presión". Esto fue posible gracias a la diversificación de sus relaciones políticas, diplomáticas y comerciales, entre las que destaca su especial vínculo con China, país que se erige como una piedra angular en el desarrollo de un nuevo equilibrio de poder multipolar en el escenario internacional.
La consolidación de esta alianza cobra especial relevancia ante la probable persistencia de una política estadounidense que, bajo la dirección de Trump, se caracterizó en el pasado por el apoyo al falso gobierno de Juan Guaidó y la implementación de sanciones económicas de amplio espectro.
En este contexto, la visita de la Vicepresidenta a Beijing adquiere un significado estratégico de gran calado al realizarse con poco más de un mes de antelación al 10 de enero, fecha cuando el presidente Maduro asumirá formalmente su mandato, y punto focal del sector de la oposición representado por María Corina Machado y Edmundo González, quienes a pesar del declive de su "liderazgo" perfilan acciones en el umbral de la violencia política y criminal para iniciar un nuevo periodo de desestabilización destructiva.
Al consolidar sus lazos con China, Venezuela se asocia con un actor geopolítico preparado para contrarrestar las presiones de la administración Trump, cuya agenda antiChina se extiende a la región latinoamericana.
De hecho, su enfoque en el ámbito internacional, tanto a través de relaciones bilaterales como en la promoción y creación de asociaciones multilaterales, ha tomado un impulso significativo desde que se desató la guerra comercial bajo la administración Trump, como lo refiere el periodista argentino Gustavo Ng en su artículo "Una prevenida China aguarda a Trump", publicado en esta tribuna.
La gira en el país asiático marca también un nuevo paso hacia la integración de Venezuela al bloque Brics. La creación de una categoría de países socios por parte del grupo, abriendo la puerta a la posible adhesión de más de 30 Estados, indica una expansión de su alcance en la coordinación económica, política y financiera internacional.
A este panorama se suman las amenazas que la futura administración Trump ha hecho al bloque y a la desdolarización. La inquietud por la potencial reducción del papel del dólar en el sistema financiero global, ante el creciente peso económico de los Brics —ya superior al del G7—, es explícita en declaraciones recientes del presidente electo.
Las amenazas de aranceles de 100% a quienes intenten reemplazar al dólar en el comercio internacional reflejan la vulnerabilidad percibida por Estados Unidos ante el avance de la desdolarización, impulsada en gran medida por sus propias políticas sancionatorias.
Para Venezuela, posicionarse dentro de este nuevo orden multipolar, en expansión a través de la ampliación del bloque Brics, es un mecanismo crucial con vistas a contrarrestar las presiones unilaterales de Estados Unidos y fortalecer su soberanía económica en 2025 y más allá.
La gira de la vicepresidenta Delcy Rodríguez en China no solo refrenda una alianza estratégica ya existente, sino que la eleva a un nuevo nivel de cooperación y sienta las bases para una integración más profunda.
Por otro lado, la visita permitió aterrizar en lo concreto la Asociación Estratégica a Toda Prueba y a Todo Tiempo, priorizando la cooperación en los planos de energía y economía al llevarlos a un nuevo nivel de perfeccionamiento, una señal de anticipación para proteger la República Bolivariana de los agresiones que ya se proyectan desde EE.UU., y que indefectiblemente se ejecutarían en torno a esos vectores.