Jue. 28 Noviembre 2024 Actualizado ayer a las 5:51 pm

Borges

El enfrentamiento entre facciones de Primero Justicia es un síntoma de la grave crisis que María Corina Machado agudizó en la dirigencia opositora (Foto: Archivo)

María Corina Machado provoca el colapso de Primero Justicia

La creciente confrontación pública entre Henrique Capriles y Julio Borges, dirigentes de Primero Justicia (PJ), pone de manifiesto la grave y profunda crisis interna que atraviesa el partido, que oficialmente no existe como entidad política reconocida.

El pasado 22 de abril la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia designó a José Brito como presidente de la junta directiva ad hoc de PJ, decisión que lo autorizó a "utilizar la tarjeta electoral, el logo, los símbolos, los emblemas, los colores y cualquier otro concepto propio de dicho partido político".

Este enfrentamiento se desarrolla en un marco de crisis más amplio que afecta a la oposición venezolana ligada a la PUD, marcado por la salida del país de Edmundo González Urrutia y por el desdibujamiento del liderazgo de María Corina Machado.

¿Qué pasó en PJ? BREVE REPASO

  • Henrique Capriles renunció a la junta directiva de PJ el 23 de septiembre, pero mantiene su militancia. En su comunicado alegó que la junta ha "perdido visión, unidad interna y una conducción colegiada".
  • Su crítica se enfocó en la ausencia de un "plan claro o una política sólida que abra caminos democráticos al país", y denunció que el partido se ve afectado por la imposición de intereses de un grupo dentro de la propia directiva.
  • Su decisión prosiguió al anunció de PJ de la "autoexclusión" del exdiputado Eudoro González Dellán, que lo señala de haber actuado de forma "unilateral" para conseguir la salida de González Urrutia a España.

acusaciones cruzadas 

Acusaciones entre las corrientes de Borges y Capriles, recogidas en un artículo de la periodista Celina Carquez, complican aun más el panorama político del partido opositor.

En una declaración a través de WhatsApp, Borges comentó a la periodista que la pugna interna se centra en quienes "piensan que hay que pasar la página del 28 de julio" y "quienes pensamos que en Venezuela hoy es 28 de julio y no será 29 de julio o 2025 hasta hacer valer el voto de 8 millones de venezolanos".

Con esto apunta tanto a Capriles como a otros representantes de PJ, como Juan Requesens, Ángel Medina, Alfonso Marquina, entre otros, a quienes se acusa de intentar "normalizar" el gobierno del presidente Nicolás Maduro al aspirar a que el partido participe en las elecciones legislativas, regionales y locales de 2025, según el texto de Carquez.

Por otro lado, en la corriente de Julio Borges, más próxima a la estrategia de presión de María Corina Machado, se encuentran Juan Pablo Guanipa, Carlos Ocariz, Juan Carlos Caldera, María Beatriz Martínez y Paola Bautista.

Consultado por la periodista, el exgobernador del estado Miranda acusa a Borges de una gestión opaca y falta de transparencia en PJ.

"Borges se niega a informar al partido cómo y en qué usa el dinero para la financiación de las actividades, así como sobre el manejo de fondos congelados del país", dice Capriles.

Además, lo señala de utilizar recursos para campañas de desprestigio en redes sociales contra otros miembros de PJ: "Borges utiliza 'cobardemente' páginas pagadas e influencers para desacreditar a miembros del 'partido'". 

Capriles también dirige sus comentarios a Juan Carlos Caldera, señalándolo por "filtrar información al Sebin sobre Edmundo González durante la campaña".

Juan Pablo Guanipa critica que Capriles haya hecho pública su renuncia a la Junta Directiva Nacional de PJ en redes sociales antes de dar un tratamiento interno a las diferencias de visión dentro del partido, una discusión que, según Guanipa, se había acordado para después del 28 de julio.

Juan Requesens, por su parte, describe el conflicto desde una perspectiva de "intolerancia" y "falta de respeto a la diversidad". 

"Cuando se identifica al que piensa distinto a ti —en el seno del cuerpo colegiado— como una persona que contraría los valores y es un 'enemigo', y se plantea un conflicto moral en el seno de un cuerpo colegiado, donde todos estamos juntos, las diferencias se agudizan".

De este modo, ambas facciones se señalan mutuamente en un contexto más general en el que las bases de la oposición observan a sus dirigentes distanciarse de María Corina Machado y su agenda.

28J: punto de quiebre 

Una crisis que se ha arrastrado durante varios años antes del desenlace del 28 de julio ha alcanzado su punto álgido ahora.

No hay que perder de vista que Julio Borges es un representante destacado de la agenda antipolítica que desechó la vía electoral y el diálogo institucional para inclinarse en favor de las sanciones y la promoción de acciones de fuerza contra el país, lo que finalmente derivó en el "proyecto Guaidó" en el que él, desde el extranjero, fungió como "canciller" del falso gobierno. Participó en el bloqueo y robo de los activos venezolanos en el exterior.

Las rencillas acumuladas entre los grupos marginados de esa operación y perjudicados por acatar la línea de autoexclusión de la vida política nacional no hicieron sino exacerbarse en torno a lo que supuestamente fue un intento de cohesión absoluta hacia la candidatura de Edmundo González.

Ante la falta de consenso sobre un liderazgo unitario, la oposición decidió convocar elecciones primarias para participar en los comicios presidenciales. Sin embargo, durante esta etapa, que se presentaba como un ejercicio de unidad, surgieron evidentes choques entre los sectores opositores, así como una notable desorganización de cara al evento.

En este panorama se consolidó la idea de considerar a candidatos inhabilitados, siendo María Corina Machado, con su enfoque más radical, quien emergió como la figura predominante dentro de esta corriente. De esta manera ganó las primarias en un proceso cargado de controversias.

Consciente de la imposibilidad de viabilizar su postulación, Machado asumió la prerrogativa de decidir de manera unilateral sobre su reemplazo, decisión que deterioró más la relación entre ella y los partidos tradicionales de la oposición.

El propio Capriles fue ignorado por Machado cuando planteó en varias ocasiones debatir otras opciones para designar a un candidato, incluidos tanto los que habían estado en las primarias como los que no.

Sus denuncias de "traición" ante la inscripción de Manuel Rosales y de Edmundo González como candidato "provisional" también pusieron de manifiesto su intención de ejercer un control unilateral sobre el proceso.

Asimismo, tomó las riendas de la campaña de González y se proyectó a sí misma como la verdadera candidata, lo que intensificó las pugnas no solo dentro de la PUD sino dentro de PJ, y atizó divisiones con respecto a su figura.

Según Juan Requesens, citado por Carquez, la campaña del 28 de julio estuvo marcada por tensiones internas de este tipo. Relata que un acto en Petare, que organizó junto a González, fue saboteado por María Beatriz Martínez, quien, según él, le armó un escándalo por grabar un video y publicarlo en redes sociales.

Requesens también asegura que Martínez, junto a Tomás Guanipa, se opuso a que otros dirigentes del partido como Capriles, Alfonso Marquina y él mismo participaran en las actividades con María Corina Machado y Edmundo González, bajo el argumento de que ellos formaban parte del "círculo íntimo" de Machado.

Decisiones críticas para la supervivencia 

Existe una tendencia generalizada en los partidos que apoyaron a Machado y González Urrutia a dejar de lado su agenda dado que, desde el breve episodio de virulencia política que siguió al 28 de julio, se consumó la desmovilización en las calles y se desarticuló la operación de violencia criminal —con ribetes terroristas— que buscaba concretar el cambio de régimen.

La incertidumbre respecto a las consecuencias de continuar con dicho esquema, que presenta similitudes con el "proyecto Guaidó", intensifica la duda. En particular en el caso de PJ, donde coexisten facciones que aun defienden este planteamiento y, por tanto, se agudiza la lucha interna.

La falta de determinación en la dirigencia opositora frente a la estrategia de Machado de instalarse como la líder indiscutible en el contexto postelectoral, aprovechando la atención pública que recibió, los ha llevado a la encrucijada actual.

Ahora, con la pérdida de impulso de la narrativa del "Hasta el final", reaparecen los cálculos electorales y de pacto con el gobierno venezolano. Esto se refleja claramente en la crisis que atraviesa PJ, en la que María Corina Machado figura como núcleo central en vista de que su agenda extremista ha atizado divisiones y conflictos internos en el partido.

Para PJ, tanto su supervivencia como relevancia política están en juego. Lo que también aplica para el resto de la PUD. Se enfrentan a la disyuntiva de explorar la perspectiva electoral y de negociación o ceder ante las presiones de los sectores más radicales, en medio de una dinámica que va a contrarreloj con respecto a sus propias promesas de una supuesta "transición" inminente.

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