El informe "Panorama regional de seguridad alimentaria y nutricional 2021", elaborado por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), reveló que el hambre en América Latina creció por sexto año consecutivo durante 2020 en plena pandemia.
Se detectó un alza del 30 % respecto al año anterior que afectó a 59,7 millones de personas, el nivel más alto en 20 años, mientras el Programa Mundial de Alimentos y Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), advirtió que "en tan solo un año el número de personas que viven con hambre aumentó en 13,8 millones".
Datos que agrietan
- La prevalencia del hambre en la región se sitúa actualmente en el 9,1%, frente al 7,1 % de 2019, la más alta de los últimos 15 años.
- Cuatro de cada diez personas en la región experimentaron inseguridad alimentaria moderada o grave en 2020, es decir, 60 millones más que en 2019, el incremento más pronunciado en relación a las demás regiones del mundo.
- El incremento "podría explicarse en parte por los efectos de la Covid-19" que deja 46,5 millones de contagios totales y 1,5 millones de fallecidos, y provocó en 2020 una contracción del 6,8 % del PIB, la mayor en 120 años.
- La inseguridad alimentaria grave, es decir, personas que se quedaron sin alimentos o pasaron un día o más sin comer, alcanzó el 14% en 2020, lo que supone un total de 92,8 millones de personas, un "enorme aumento" en comparación a 2014, cuando afectaba a 47,6 millones de personas.
- En 2020 el 41,8% de las mujeres de la región experimentaron inseguridad alimentaria moderada o grave, en comparación con el 32,2% de los hombres, esta disparidad aumentó en los últimos años del 6,4% en 2019 al 9,6% en 2020.
Concentración de riqueza sin parar
El “Informe Regional de Desarrollo Humano 2021” del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) reveló en junio pasado que la pandemia de covid-19 profundizó la desigualdad en América Latina por la caída de ingresos que afectó sobre todo a México, Brasil y Chile, donde la "concentración de poder, violencia y protección social ineficiente" son ingredientes que "limitan el desarrollo humano".
El estudio destacó la concentración de ingresos por parte de la porción más rica de la pirámide social en la región, que es la segunda más desigual de todo el mundo, además de una de las más afectadas por la crisis sanitaria.
En el caso de Chile, Brasil y México, acaparan la mayor concentración de beneficios, pues el 10% más alto captó el 57% de los ingresos nacionales y el 1% más alto el 28% en 2019. "La concentración del ingreso en estos países es persistentemente alta y aumenta en el tiempo", de acuerdo con el documento.
El número de multimillonarios en la región subió de 76 a 107 y el total de la fortuna acumulada por estos escaló de 284 mil millones a 480 mil millones de dólares. Es decir, el número de personas más ricas aumentó 41% y el patrimonio combinado del selecto club se disparó 69%.
Por qué es importante: La "defensa de la economía" por parte de gobiernos de derecha durante los primeros meses de la pandemia dejó en el abandono a las clases trabajadoras incrementando el desempleo en países cuya flexibilización laboral y baja inversión en salud pública constituyó un cóctel explosivo. En particular, las violencias, estructurales o no, están sincronizadas con la concentración de poder y han ocasionado migraciones, delincuencia y guerra.
El establecimiento de gobiernos manejados por las corporaciones como los de Duque, Bolsonaro y Piñera, y las resacas del austericidio en México y Argentina, se han combinado con el asedio económico contra Venezuela, Cuba y Nicaragua para privar a las mayorías populares de sus derechos socioeconómicos, en nombre de un derrame de riqueza y una libertad económica que no llega a ocurrir.
Reporte del Instituto Samuel Robinson del 03/12/2021.