Desde este 8 de junio Argelia congela las relaciones comerciales y bancarias con España, esto debido al “giro injustificable” del Gobierno de Pedro Sánchez con respecto al Sáhara Occidental, alineado con las tesis de Marruecos.

La ruptura del tratado de amistad, suscrito en 2002, se produce luego de que el presidente del gobierno español ratificara ante el Parlamento su cambio de postura respecto a este contencioso, y calificase la postura de Rabat como "la más seria, creíble y realista", lo que el gobierno argelino califica como una fórmula "ilegal e ilegítima".

Ya a finales de abril Argelia había advertido interrumpiría el suministro de gas a España si Madrid vendía gas argelino a otros países, sobre todo a Marruecos, a través de un gasoducto, tensiones que se producen justo cuando Europa requiere de más energías alternativas que sustituyan la rusa.

La revalidad entre Argelia y Marruecos no es nueva y ha empeorado con los años. Argelia apoya al movimiento del Frente Polisario, que busca la independencia del Sáhara Occidental, un territorio que Marruecos considera suyo. La postura de España viene a empeorar la situación, ya que ratifica su visión imperial, pues recordemos que este territorio también fue ocupado por el país ibérico.