El dólar estadounidense sigue siendo predominante en el sistema financiero internacional. Según un informe de Composición de Monedas de las Reservas Oficiales de Divisas (Cofer, por sus siglas en inglés) del Fondo Monetario Internacional (FMI), en 2024 los países mantuvieron 58,2% de sus ahorros en esta moneda. Sin embargo, esta cifra no se encuentra en los niveles más altos: en 2015 era ocho puntos superior (66%).
A pesar de su preponderancia, la creciente diversificación de las transacciones mundiales en otras monedas nacionales está demostrando que su hegemonía va debilitándose progresivamente.
Irán y Rusia desdolarizan sus transacciones comerciales
Irán y Rusia han abandonando por completo el dólar estadounidense en sus transacciones bilaterales. Así lo anunció el 25 de noviembre el gobernador del Banco Central de Irán, Mohammad Farzin, con lo cual confirmó la plena implementación de los acuerdos financieros alcanzados previamente. A partir de ahora, ambos países utilizarán sus signos nacionales, el rial iraní y el rublo ruso, para todas sus operaciones comerciales.
Este hecho representa la culminación de un proceso iniciado en mayo de 2022 con la firma de un acuerdo para la transición a liquidaciones en monedas nacionales. A finales de enero de 2023 los bancos centrales de los dos Estados acordaron simplificar las transacciones financieras y bancarias, decisión que allanó el camino hacia la eliminación del dólar. En julio de 2024 se garantizó la liquidez suficiente de las monedas vernáculas para asegurar el funcionamiento fluido del nuevo sistema.
La desdolarización no se limita al ámbito estrictamente comercial. Teherán y Moscú han integrado sus sistemas de pago nacionales, lo que ha permitido a los ciudadanos utilizar sus tarjetas de débito en el territorio del otro país. La República Islámica también planea adoptar la plataforma de pago ruso Mir para transacciones internacionales.
En un desarrollo adicional, Farzin presentó el nuevo sistema de mensajería Acumer, que comenzó a operar en octubre de 2024. Concebido como una alternativa al sistema Swift, incorpora estándares similares y promete facilitar el intercambio fluido de datos bancarios entre los miembros de la Unión Asiática de Compensación, que incluye a países como India y Pakistán.
Nigeria vende petróleo en moneda local
En octubre de 2023 Nigeria, el mayor productor de petróleo de África, anunció el inicio de ventas del hidrocarburo en naira, la moneda local del país. Mohammed Manga, director de Información y Relaciones Públicas del Ministerio de Finanzas, comunicó que el Consejo Ejecutivo Federal (FEC) había ordenado esta estrategia con el objetivo de generar un impacto duradero sobre el crecimiento, la estabilidad y la autosuficiencia económica de Nigeria.
Con reservas probadas de crudo que ascienden a aproximadamente 36 mil millones de barriles, el país alberga 3,1% de las reservas mundiales y se ubica entre los 15 principales Estados del mundo en producción de petróleo. Además, ocupa el octavo lugar en términos de reservas y el sexto en exportaciones a escala global.
Su decisión se produce en un contexto global donde varios países han comenzado a realizar transacciones de petróleo y gas en monedas vernáculas tras el estallido de la guerra en Ucrania en febrero de 2022 y las sanciones de EE.UU. y la Unión Europea contra Rusia.
Según un análisis de JP Morgan, las transacciones de energía cotizadas en monedas distintas al dólar son cada vez más evidentes, lo que sugiere que las señales de desdolarización están tomando fuerza en el sector de las materias primas.
Rusia, impulsada por el hostigamiento de Estados Unidos, ha cambiado al yuan para gran parte de sus 88 mil millones de dólares en comercio de materias primas con China. Irán, también afectado por sanciones, ha optado por monedas locales.
Otros países están explorando opciones similares: Emiratos Árabes Unidos aceptó rupias indias para un cargamento de petróleo crudo, Pakistán ha estado pagando el petróleo ruso con yuanes y Arabia Saudita considera usar yuanes, aunque de forma limitada, para financiar sus importaciones desde China.
Incluso compañías occidentales como TotalEnergies han realizado transacciones de gas natural licuado en yuanes.
China y el proyecto mBridge
Cada vez surgen más iniciativas de plataformas de intercambio transfronterizo que ofrecen alternativas a los canales tradicionales como Swift, que dependen del dólar. Un ejemplo destacado de esto es el proyecto mBridge, liderado por China.
Esa experiencia es un proyecto colaborativo iniciado en 2021 entre el Centro de Innovación del Banco de Pagos Internacionales y varios bancos centrales, incluido el Banco de Tailandia, el Banco Central de Emiratos Árabes Unidos, el Instituto de Moneda Digital del PBC y la Autoridad Monetaria de Hong Kong.
Su objetivo es desarrollar una plataforma de moneda digital de múltiples bancos centrales que utilice tecnología de cadena de bloques para facilitar pagos y liquidaciones transfronterizas instantáneas.
"El impulso hacia la autonomía de los pagos, impulsado por la tecnología, es quizás el riesgo menos apreciado para la hegemonía del dólar", señala Joyce Chang, presidenta de Investigación Global de la Banca Corporativa y de Inversión de JP Morgan.
En ese contexto, la posición dominante de China en el comercio electrónico podría representar un reto adicional para el dólar, afirma.
En 2023 el mercado mundial del comercio electrónico alcanzó aproximadamente 5,8 billones de dólares, de los cuales cerca de la mitad pertenece a China. Esto implica que el mercado de pagos digitales en el país, que opera mayormente fuera del alcance de redes de pago extranjeras, tiene el potencial de crecer 10% cada año.
La investigadora, si bien afirma que todavía no hemos llegado a un sistema financiero multipolar, no oculta la inquietud que existe en Occidente respecto a la creciente preeminencia de China en el ámbito del comercio electrónico, en el cual el dólar no juega un papel central.
En suma, los casos examinados, que en su mayoría surgen como reacción al empleo de sanciones como arma de guerra, enfatizan una tendencia gradual, aunque significativa, hacia la desdolarización global, que ha persistido en 2024.