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Dominic Raab, canciller británico, junto al exdiputado Juan Guaidó (Foto: Reuters)

Reino Unido no suelta las riendas en el secuestro del oro venezolano

En un nuevo impulso colonial e imperialista (sin imperio), el gobierno del Reino Unido vuelve a ratificar a Juan Guaidó como el representante legítimo del Estado venezolano ante las demandas del Gobierno Bolivariano para recuperar el oro secuestrado en el Banco de Inglaterra.

Un comunicado fue emitido el lunes 19 de julio en la mañana con el fin de mantener una postura pro-estadounidense del litigio por uno de los recursos necesarios para aliviar los impactos sanitarios, económicos y sociales de la pandemia en Venezuela, teniendo en cuenta que las reservas en oro en Inglaterra suman un estimado de 1 mil 600 millones de euros.

  • El Banco Central de Venezuela busca repatriar 32 toneladas, equivalente a más de 2 mil 500 lingotes de oro.

Dichos recursos serían utilizados por el gobierno de Nicolás Maduro en la compra de insumos médicos necesarios para combatir el covid-19, sin embargo el bloqueo de aquéllos debido a la influencia de la Casa Blanca en la política exterior británica.

El comunicado, emitido por el consejo legal de la cancillería británica, aduce que desde el 4 de febrero de 2019 el gobierno del Reino Unido reconoce al exdiputado de Voluntad Popular como "el único Presidente legítimo de Venezuela" y lo considera "de tener la autoridad de actuar en nombre de Venezuela como su jefe de Estado".

Este despacho viene con un documento adjunto que contiene todos los argumentos legales del gobierno británico para sostener su apoyo a Guaidó en el conflicto judicial por el oro secuestrado. Incluso violando lo establecido por el ministerio de Hacienda inglés en 1997, al darle independencia al Banco de Inglaterra respecto a las políticas del Reino Unido.

Los factores que están detrás del oro han sido explicados en esta tribuna, considerando que toda la operación estaba planificada de antemano en el marco de la estrategia estadounidense de cambio de régimen en el aspecto económico/comercial y humanitario.

En cuanto a su política exterior, el gobierno de la reina Isabel II ha dejado que la dicte por entero las necesidades e intereses de Estados Unidos, sobre todo en lo referido a las aventuras militares, medidas coercitivas unilaterales y financiamiento, protección y apoyo a factores de la oposición venezolana de manera abierta y también encubierta. Es decir, en todo lo que refiere al negocio de la guerra.

Reino Unido ha acompañado casi todas las campañas del Pentágono en Medio Oriente y Asia, es miembro de la OTAN y sus agencias de inteligencia y seguridad mantienen relaciones estrechas con las de Estados Unidos, fundadoras de los Cinco Ojos.

La lista de intervenciones militares del Reino Unido que nada más beneficiaron la agenda estadounidense es larga. Ha tenido responsabilidades en las invasiones de Yugoslavia, Iraq, Libia, Siria, y promueve y financia a grupos de oposición en Venezuela, Bolivia, Rusia y Hong Kong.

George Galloway, exdiputado británico, en una entrevista con el medio chino Global Times considera "que la tendencia ahora dominante dentro del gobierno británico es alinear completamente la política del Reino Unido con la de Estados Unidos. Su visión [la estadounidense], de Gran Bretaña como el estado 51 de la Unión, ha ganado".

Aunque las dos partes llaman "Special Relationship" (relación especial) a su alianza, Washington parece dominar la influencia en el mundo anglo en los temas álgidos de la política internacional. Toda la denominación de origen que liga al Reino Unido y Estados Unidos (lengua, relación histórica y cultural, etc.) queda suprimido en el imaginario global ante la imposición de este último como el imperio regente (en proceso de descomposición) y el primero como una buena historia imperial. Londres se inclina ante Nueva York.

Pero también existe una ligazón geoestratégica con Estados Unidos relacionado con el sionismo. La asociación británica con Israel, por ejemplo, es un nexo directo a las guerras de exterminio que lleva a cabo el sionismo contra Palestina, con acuerdos en el área militar, financiera y política. En específico, se ha reportado que el primer ministro Boris Johnson y otros miembros de su gabinete han recibido fondos de Israel.

No se pierde en la memoria que el apoyo primario de la ocupación sionista sobre el territorio palestino fue el gobierno colonial de Su Majestad, con una carta de navegación llamada Declaración Balfour.

Los constantes ataques multidimensionales de la monarquía inglesa contra Venezuela dan cuenta de la dependencia británica a la política exterior estadounidense.

Contra Venezuela

Reino Unido es uno de los pocos países de Europa que aún reconoce a Juan Guaidó como "presidente interino o encargado" de Venezuela, aun cuando los países de la Unión Europea ya dejaran de hacerlo en enero de este año, degradando su estatus a "interlocutor privilegiado".

Debido a que Dominic Raab, jefe del Foreign Office, especificó a través de sus abogados que "no reconoce" formalmente al presidente Maduro en ninguna capacidad de poder estatal de Venezuela, podemos argumentar que el Reino Unido no suelta las riendas en el secuestro del oro venezolano en el Banco de Inglaterra.

Pero su implicación va más allá: en Misión Verdad hemos reseñado los trabajos de Declassified UK y otros periodistas que han expuesto la trama conspirativa que sostiene sistemáticamente el gobierno británico en Venezuela, en concordancia con la estrategia estadounidense de cerco y asfixia.

Las operaciones encubiertas han sido desde reclutar y financiar medios y ONG venezolanas para imponer una narrativa en contra el Estado hasta financiar operaciones de "cambio de régimen", pasando por la influencia que ejercen las corporaciones de energía en la interferencia del gobierno del Reino Unido en la controversia territorial del Esequibo, correspondiente exclusivamente al Estado venezolano y el Estado guyanés.

La justicia británica está siendo manipulada por el gobierno de Londres para que el oro no pase a manos legítimas. La defensa del Banco Central de Venezuela sostiene que la "nueva y limitada" posición declarada por el gobierno conservador no tiene en cuenta la realidad doméstica venezolana ni quien retiene el "control efectivo del Gobierno" de Caracas.

El argumento está claro: las relaciones diplomáticas siguen activas a través de las respectivas misiones en Londres y Caracas. En efecto, el gobierno británico nunca acreditó oficial y formalmente a la "emisaria" de Guaidó en el Reino Unido, Vanessa Neumann, quien "renunció" a su "cargo" luego de que la corta inglesa fallara a favor del Banco Central de Venezuela.

Si bien aún existen relaciones diplomáticas entre el Reino Unido y Venezuela, las contradicciones de su discurso y supuesta postura diplomática de reconocer al exdiputado de Voluntad Popular por sobre el presidente Maduro solo manifiestan que la deriva del conflicto es meramente político por subordinación imperial.

La Corte de Apelación en Londres está por tomar una decisión, presionada por los lobbys políticos y económicos dominados por el gabinete de Boris Johnson que pujan por obtener un resultado judicial a favor de la agenda estadounidense, aun cuando la reputación del Banco de Inglaterra se ponga en cuestionamiento debido a su nula independencia consagrada en las leyes de Su Majestad.

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