Dom. 01 Diciembre 2024 Actualizado Viernes, 29. Noviembre 2024 - 18:30

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Andrés Manuel López Obrador, presidente de México (Foto: Presidencia de México)

Bolivarianismo en acción: CELAC contra la injerencia de EEUU

Con la presencia de los 33 países de América Latina y el Caribe, México acogió el fin de semana pasado la XXI Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), encabezada por el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.

La reunión de la CELAC se centró en la integración de las Américas, la lucha contra la pandemia y las catástrofes en los países latinoamericanos y la cooperación espacial. Se celebrará una reunión de líderes de la CELAC en México en septiembre de este año.

Respecto a la lucha contra la pandemia de covid-19, el canciller mexicano Ebrard presentó la futura ruta de vacunas en América Latina alcanzada en el encuentro en una conferencia de prensa posterior. Además, la reunión prometió adoptar una posición regional unificada sobre los países desarrollados que representan casi las tres cuartas partes de las vacunas del mundo.

De la jornada destacó el discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) por su defensa a la integración de las naciones del continente, inspirado en la doctrina bolivariana, y el rechazo a la injerencia de Estados Unidos.

Las palabras de AMLO fueron secundadas por Venezuela y otros países latinocaribeños.

Discurso de AMLO: Bolívar, integración y reemplazo de la OEA

México, que es presidente pro témpore de la CELAC, incorporó en la cumbre anual de los cancilleres la celebración de los 238 años del natalicio del Libertador Simón Bolívar. En ese sentido, el presidente mexicano hizo un amplio recorrido histórico de la vida de Bolívar, resaltando el proyecto de unidad latinoamericana que llevó a cabo.

"Nacido en 1783, exactamente 30 años después que Miguel Hidalgo, Simón Bolívar decidió luchar desde muy joven por causas nobles y justas, como el propio Hidalgo y José María Morelos y Pavón, ambos, padres de nuestra patria", fueron las palabras con las que inició su discurso desde el Castillo de Chapultepec.

"Conocía el arte de la guerra y era al mismo tiempo un político con vocación y voluntad transformadora: sabía de la importancia del discurso, de la fuerza de las ideas, de la eficacia de las proclamas y era consciente de la gran utilidad del periodismo y la imprenta como instrumentos de lucha. Conocía el efecto que causaba la promulgación de leyes en beneficio del pueblo y, sobre todo, valoraba la importancia de no rendirse, de la perseverancia y de no perder nunca la fe en el triunfo de la causa por la que se lucha en bien de los demás".

Repasó etapas de triunfo pero también de dificultades en la idea integracionista del Libertador, recordando que a veces las trabas pueden surgir de divisiones internas:

"No todo fue fácil. Perdió batallas, enfrentó traiciones y, como en todo movimiento trasformador o revolucionario, aparecieron las divisiones internas, que pueden llegar a ser hasta más dañinas que las contiendas contra los verdaderos adversarios".

Siguiendo el curso histórico, AMLO analizó el proyecto radicalmente opuesto de Estados Unidos que, de manera sigilosa, fue tomando fuerzas y expandiéndose por la región. El "América para los americanos" (Doctrina Monroe) terminó por desintegrar a las naciones de Latinoamérica y el Caribe e impuso una dinámica de "operaciones abiertas o encubiertas contra los países independientes situados al sur del Río Bravo", señaló.

López añadió que el dominio estadounidense es una de las principales razones por las que la integración regional ha sido un ideal difícil de alcanzar.

Llamó a los países latinoamericanos a unirse en el diálogo con Estados Unidos contra la injerencia, las "sanciones", el exclusivismo y los embargos, y a establecer un mecanismo de cooperación regional, ligado a las realidades e identidades locales, que sustituya el sistema de relaciones internacionales que ha promovido exclusivamente los intereses de Washington en esta parte del continente: la Organización de Estados Americanos (OEA).

Dijo que el nuevo mecanismo debería tener en cuenta los intereses de todos los países de América Latina y el Caribe, promover la cooperación económica y política regional y ser aceptado por todas las partes en conflicto para mediar en caso de disputa regional.

En su discurso, AMLO también se solidarizó con Cuba, recientemente "sancionada" de nuevo por Estados Unidos, diciendo que ha sido un modelo de soberanía nacional durante más de 60 años, resistiendo sin inmutarse a la opresión estadounidense.

La posición de Venezuela

En su intervención durante la reunión, el canciller Jorge Arreaza agradeció el homenaje a Simón Bolívar y destacó la labor que ha realizado México en el resguardo de espacios para el encuentro de los países de Latinoamérica y el Caribe, sirviendo también como un actor conciliador entre posiciones opuestas.

"Creemos que México ha hecho una gran tarea, creemos que México en estos años de dificultad, de pandemia, ha servido no sólo de mediador, de conciliador, ha logrado que la CELAC no corra la suerte que corrió la Unasur, que permanezca, que esté de pie y que logre resultados concretos en áreas concretas".

Describió la propuesta de AMLO contra la OEA como parte del dilema histórico entre el monroísmo y el bolivarianismo: "aquí está la OEA, aquí está la CELAC".

Acotó que Venezuela ponía en disposición los recursos naturales de su territorio para cooperar con los países de la región y ayudar a superar dificultades económicas, que se han exacerbado por la pandemia, pero que han sido desencadenadas principalmente por las políticas neoliberales de Estados Unidos.

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El canciller Jorge Arreaza interviene en la cumbre de la CELAC en México, 24 de julio de 2021 (Foto: Cancillería de Venezuela)

Por su parte, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, respaldó la decisión de abandonar la OEA, a la que describió como una organización "que está muerta desde hace tiempo y no se han dado cuenta", y trajo a colación el papel fundamental que jugó en el golpe de Estado de 2019 contra el gobierno del expresidente de Bolivia, Evo Morales, aún cuando el país andino le abrió las puertas para que participara en el proceso electoral.

El presidente Maduro hizo esta reflexión durante una entrevista otorgada a TeleSur el mismo día del encuentro ministerial de la CELAC. Ahí propuso que se siguiera fortaleciendo espacios antihegemónicos de relaciones internacionales, haciendo énfasis en la CELAC por resistir ante los intentos de desarticular la visión integracionista del continente.

"Desde su fundación, la CELAC es llamada para unir a nuestros países, a potenciar la solidaridad, la identidad cultural y de valores en la región (...) Tenemos la necesidad de que se consolide, debemos construir nuestro propio camino más allá de la OEA, la CELAC fue fundada por un espíritu rebelde".

Perseverar en la unión LatinoCaribeña

La OEA se ha caracterizado por ser una plataforma de injerencia en los asuntos internos de los países de la región latinoamericana y del Caribe bajo control de Estados Unidos. Venezuela se ha retirado explícitamente y Cuba se ha negado a participar en las reuniones de la organización.

En cambio, el objetivo de la CELAC ha sido concretar la unión y cooperación bajo el respeto de la diversidad de visiones que expresan las 33 naciones que conforman el foro.

Estas diferencias se ven sintetizadas en el hecho de que, en el marco de la pandemia, la OEA no ha conseguido ninguna vacuna para sus miembros mientras que desde la CELAC se han producido, envasado y distribuido vacunas AstraZeneca a países latinoamericanos, y se está creando y experimentando nuevas vacunas.

La mayor determinación del presidente mexicano en el bloque regional está precedida por eventos recientes que probablemente han tenido influencia: el asesinato del presidente de Haití y el intento de golpe de Estado en Cuba. Además, ha habido varios escándalos con el financiamiento de grupos de derecha antigubernamentales en México, todo lo cual debió llevar a AMLO a adoptar una postura más firme.

Estados Unidos cree que tiene derecho a establecer sus propias reglas en lo que considera su "patio trasero", por lo que en la última década ha ido moviendo sus fichas en función de eliminar gobiernos que se les opusiera. De ahí han derivado golpes de Estado, lawfares, respaldo a candidatos de derecha, "sanciones" y operaciones encubiertas, entre otras acciones desestabilizadoras y destituyentes.

A pesar de la intensidad con la que se ha ejercido esa política en Washington, los países han mantenido algunas alianzas, y ahora se asoma la intención de retomar la búsqueda de un modelo de integración acorde a nuestros tiempos.

El reciente capítulo de la CELAC, la resistencia de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América - Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) y la posibilidad de un resurgimiento de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), son los eventos que merecen todo el apoyo para enfrentar posturas imperialistas y promover el bolivariano "equilibrio del universo" cuyo epicentro sería la región latinocaribeña.

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