La comunidad de inteligencia de Estados Unidos (CI) publicó un breve resumen sin clasificar de su investigación sobre los orígenes del covid-19, diciendo que el gobierno chino desconocía el virus antes del brote en Hubei a fines de 2019.

"La CI evalúa que el SARS-CoV-2, el virus que causa el covid-19, probablemente surgió e infectó a los humanos a través de una exposición inicial a pequeña escala que ocurrió a más tardar en noviembre de 2019 con el primer grupo conocido de casos de covid-19 que surgió en Wuhan, China, en diciembre de 2019", dijo la Oficina del Director de Inteligencia Nacional en el informe publicado el viernes 27 de agosto.

"Además, la CI pudo llegar a un acuerdo amplio sobre varios otros temas clave. Consideramos que el virus no se desarrolló como un arma biológica. La mayoría de las agencias también evalúan con poca confianza que el SARS-CoV-2 probablemente no fue modificado genéticamente; sin embargo, dos agencias creen que no había pruebas suficientes para hacer una evaluación de cualquier manera. Finalmente, la CI evalúa que los funcionarios de China no tenían conocimiento previo del virus antes de que surgiera el brote inicial de covid-19", continúa el informe.

Pasando a las diversas hipótesis sobre cómo ocurrió esa exposición inicial, señaló que tanto la exposición natural como un incidente asociado con el laboratorio "son plausibles".

Cuatro elementos de la CI y el Consejo Nacional de Inteligencia evaluaron con poca confianza que el virus dio el salto a los humanos por exposición natural a un animal infectado con SARS-CoV-2 o un virus casi idéntico a él.

Un elemento de la CI evaluó con moderada confianza que la exposición "fue el resultado de un incidente asociado con el laboratorio, que probablemente involucró experimentación, manipulación de animales o muestreo por parte del Instituto de Virología de Wuhan".

El informe también señala que tres elementos de la CI dijeron que carecían de la información necesaria para sacar cualquier tipo de conclusión.

"Lo más probable es que se necesite la cooperación de China para llegar a una evaluación concluyente de los orígenes del covid-19", concluye el informe, pero le añade un toque final en beneficio de la Nueva Guerra Fría con firma estadounidense: "Beijing, sin embargo, sigue obstaculizando la investigación global, se resiste a compartir información y culpa a otros países, incluido Estados Unidos. Estas acciones reflejan, en parte, la propia incertidumbre del gobierno de China sobre hacia dónde podría llevar una investigación, así como su frustración con cómo la comunidad internacional está utilizando el tema para ejercer presión política sobre China".