El costo de las viviendas en Estados Unidos ha hecho que ocurra un fenómeno conocido como deslocalización nacional, que básicamente consiste en dejar las ciudades habitadas por quienes puedan pagar por elevado costo de los inmuebles, es decir, ejecutivos y otras personas que reciben salarios altos, mientras que los trabajadores con salarios más bajos se dispersan hacia la periferia. 

Esta creciente división económica y geográfica amenaza con limitar las oportunidades para las personas en las regiones de menor costo y podría tener consecuencias sociales y políticas.

ADP Research Institute señala que a la división regional entre ciudades estadounidenses costosas y asequibles se han sumado innovaciones tecnológicas que facilitan la colaboración entre personas de diferentes lugares.

La combinación de estos factores está trasladando el trabajo mal pagado a lugares más asequibles, y está dejando los trabajos intensivos en valor concentrados en las zonas costosas. La tendencia lleva muchos años en desarrollo y probablemente se vio facilitada aún más por la pandemia.

Para ilustrar la deslocalización nacional, el Instituto de Investigación ADP comparó el paradero de los altos ejecutivos con el de los representantes de servicio al cliente utilizando cocientes de ubicación, una herramienta utilizada por economistas y geógrafos para ver si un trabajo o industria es más o menos común en un lugar específico en comparación con la media nacional.

El estudio arrojó que los ejecutivos más importantes se agrupan en ciudades caras; representantes de atención al cliente, en otras más asequibles. Asimismo, las ciudades cuyos precios de vivienda se apreciaron mayores también tuvieron el aumento más fuerte en la prevalencia de ejecutivos y la mayor disminución en la prevalencia de representantes de servicio al cliente.

En la medida en que las oportunidades surgen de la proximidad geográfica, la deslocalización nacional puede limitar el alcance de las oportunidades disponibles para aquellos que viven en las partes más asequibles del país, al tiempo que los excluye de las más caras. Y eso, a su vez, está destinado a alimentar la polarización social, clasista y política.