Sáb. 30 Noviembre 2024 Actualizado ayer a las 6:30 pm

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La ausencia del rector Delpino sirvió para el sostenimiento de un ambiente de incertidumbre que reforzó el relato de que los resultados “no son transparentes ni verificables” (Foto: Archivo)
¿Ausencia e imprecisiones para qué?

El rol del rector Juan Carlos Delpino en la escalada opositora post 28J

La extraña polémica en torno a Juan Carlos Delpino Boscán, uno de los rectores principales del Consejo Nacional Electoral (CNE), pareciera tener como marco operativo la continua difusión de rumores, si se infiere que su posicionamiento ante el proceso de elección presidencial ha sido nebuloso, cuando no parcializado e impreciso.

¿Árbitro y vocero opositor a la vez?

Desde la campaña electoral, el abogado sostuvo declaraciones críticas respecto a los actos realizados por el Poder Electoral de cara a los comicios. En junio pasado acusó al presidente del ente de "violar los derechos de los rectores del CNE al tomar decisiones sin convocar sesiones".

En aquella ocasión criticó que fuera revocada la invitación extendida a la misión de la Unión Europea (UE) para ejercer la observación internacional en los sufragios presidenciales. En sus declaraciones obvió la parcialidad de Bruselas en la diatriba política venezolana al mantener sanciones contra funcionarios del Estado venezolano, lo que sí es violatorio de lo firmado en el Acuerdo de Barbados.

En el referido acuerdo, las partes se comprometieron con la "promoción de un discurso público y un clima político y social favorable al desarrollo de un proceso electoral pacífico y participativo, sin injerencias externas".

El rector, nombrado el 24 de agosto de 2023 por la Asamblea Nacional (AN), preside la Comisión de Registro Civil y Electoral del ente comicial. Tuvo hace años una corta militancia política en Acción Democrática (AD) y es hijo de un conocido dirigente sindical de la Cuarta República, Juan José Delpino, ya fallecido.

La vocería unipersonal de Delpino fue consentida y mimada por la mediática internacional. Acusó al Gobierno nacional de represivo mientras, encubiertos por la campaña electoral, varios dirigentes del movimiento Vente Venezuela (VV) participaban en actos conspirativos, como se hizo evidente durante la ola violenta desatada el 29 de julio, luego de emitido el resultado de los comicios.

Cabe destacar que, desde antes del inicio de la campaña, los cuerpos de seguridad y el Ministerio Público desmantelaron planes de magnicidio contra el presidente Nicolás Maduro durante la inscripción de su candidatura a la reelección, el pasado 25 de marzo.

El rector salió en defensa de estos y otros miembros del grupo fundado por María Corina Machado que fueron investigados y detenidos por incitación al terrorismo y asociación.

Dirigentes de VV se han mantenido refugiados en la embajada de la República Argentina desde abril pasado, y desde allí operaron para la organización y puesta en marcha de la escalada violenta, según denuncias del presidente de la AN y jefe el Comando de Campaña "Venezuela Nuestra", Jorge Rodríguez.

En concordancia con el plan de la facción extremista de la oposición de desprestigiar el evento electoral, Delpino hizo alusión a temas extraelectorales como los procedimientos judiciales del Estado contra elementos políticos que, presuntamente, afincaron su militancia en el delito de odio.

¿Qué utilidad ha tenido la ausencia e imprecisión de Delpino?

Delpino se mantuvo oculto —o en la "clandestinidad", dirían medios internacionales y comentaristas en las redes sociales— durante la divulgación de los resultados electorales el mismo 28 de julio.

Luego de ese día se intensificó la circulación de rumores en torno a su paradero debido a que no se presentó durante el acto de proclamación del candidato ganador, ni en los hechos concernientes al recurso contencioso electoral introducido ante la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).

Como parte del escalamiento de la operación de desinformación en redes que adelantó el comando de campaña de Edmundo González, se desataron versiones y contraversiones respecto al papel que jugaba en el desconocimiento de los resultados electorales.

Estas iban desde su supuesto secuestro hasta su rol como "topo" en el CNE mediante el supuesto envío de las actas electorales a actores internacionales como António Guterres, secretario General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), y a la Organización de Estados Americanos (OEA) o la UE.

Su ausencia sirvió para el sostenimiento de un ambiente de incertidumbre que reforzó el relato de que los resultados "no son transparentes ni verificables".

El momento cumbre de su acto fue el comunicado publicado el pasado lunes 26 de agosto. En el texto, ampliamente difundido, cuestiona abiertamente la transparencia y veracidad de los resultados emitidos por el CNE, que dieron como ganador a Nicolás Maduro con 52% de los votos.

Aunque reconoce la "relativa calma" del proceso de sufragio, cuestiona lo ocurrido luego del cierre de las mesas de votación. Sin cifras que lo demuestren, se refiere al "desalojo de testigos en no pocos centros" durante el cierre de mesas de votación, sin referirse siquiera a uno en concreto.

Delpino enturbia más su papel como rector principal al manifestarse respecto a la interrupción de la transmisión de resultados, instrumentada mediante un ataque cibernético a la plataforma digital del CNE.

Expresa que, a causa de "la falta de transmisión de códigos QR a los data center de los comandos, y la falta de solución efectiva del presunto hackeo", tomó la decisión de no subir a la sala de totalizaciones y no asistir al anuncio del primer boletín.

Ese acto lo dejó sin evidencia para respaldar o rechazar los resultados anunciados y así lo hizo saber. Sin embargo, medios adheridos a la narrativa opositora han llegado a titular "La evidencia con la que el rector del Consejo Nacional Electoral afirma que Nicolás Maduro no ganó limpiamente elecciones en Venezuela".

No puede quedar por fuera el hecho de que justifica su ausencia en el acto de totalización a la falta de "solución efectiva" a un ataque cibernético que denomina como "presunto". Tampoco el hecho de que no se "moja" al obviar toda referencia a la página web publicada por la oposición con la supuesta mayoría de las "actas electorales".

El comunicado en cuestión generó altos niveles de frustración en redes que han afinado su método desde que la oposición se viera obligada a asumir la ruta electoral.

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Post de Elías Pino Iturrieta, frecuente inoculador de informaciones falsas, en el que muestra decepción ante el comunicado de Delpino (Foto: X.com)

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Otra muestra de frustración por parte de Andrés Izarra, exministro de Comunicación e Información, días antes de que Delpino emitiera su comunicado (Foto: X.com)

La realidad, según sus mismas declaraciones, es que no tiene evidencias sino dudas e imprecisión en sus argumentos. Lo que aparece como evidencia es la poca contundencia de su comunicado.

La desinformación como columna vertebral

El presidente Maduro ha denunciado que hay un golpe de Estado detrás de la orquestación de actores internacionales contra el resultado electoral. Mientras desde Washington se hacen esfuerzos para que la "comunidad internacional" desconozca los resultados, son cada vez mayores las evidencias de cómo la operación ha incluido hasta elementos del crimen organizado.

El rector Delpino ha quedado al nivel de otro influencer pagado al no haber podido cumplir con las funciones que la Constitución estipula para su cargo.

Tan evidente es la orquestación, que un reportaje publicado por el New York Times comienza diciendo que su declaración "de seguro sacudirá a un país cansado de estar en crisis". También lo califica, sin rubor, como "miembro de la oposición del órgano gubernamental que anunció la victoria de Maduro".

Al no tener pruebas de la supuesta falta de transparencia y legalidad de los comicios solo ha inyectado más desinformación, el único combustible con el que cuenta la Plataforma Unitaria Democrática en este nuevo episodio de la conflictividad política venezolana. Las redes sociales han sido el canal privilegiado para ello.

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El caso del rector Delpino confirma el papel influyente de las redes sociales en los procesos electorales (Foto: Archivo)

Entretanto, el entonces diputado a la AN y primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela, Diosdado Cabello, solicitó ese mismo lunes que se aplique un procedimiento constitucional en su contra por abandono de cargo.

La ola narrativa que busca minar la legalidad en el Estado venezolano funcionó el día anterior al comunicado. Pocas horas antes de que lo publicara, los rumorólogos maniobraron para concentrar la atención sobre el funcionario, viralizando supuestas noticias respecto a unas declaraciones del gobierno panameño.

Desde el sábado 24 de agosto varios medios con tendencia opositora replicaron una nota de El Pitazo que refería a "una fuente" del gobierno de José Raúl Mulino, promotor de un nuevo Grupo de Lima, que negó tener registros sobre el ingreso del funcionario a ese país

Tras casi un mes de rumores sobre su paradero y sus declaraciones imprecisas sobre un supuesto fraude electoral, lo que quedó al descubierto fue lo vertebral que es la narrativa, anclada en las fake news, para esta nueva escalada de la oposición.

La decepción de algunos rumoreadores delata que el rector en cuestión no cumplió a cabalidad el papel que se le había asignado: sembrar de dudas la elección presidencial.

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