El régimen de Kiev es un peligro para los ciudadanos ucranianos. Lo han dicho los habitantes del Dombás que han sufrido los bombardeos criminales contra la población y ahora lo expone el New York Times con una investigación titulada "Ucrania está bombardeando sus propias ciudades":

"El ataque con misiles del 6 de septiembre contra Kostiantynivka, en el este de Ucrania, fue uno de los más mortíferos en el país en meses, mató al menos a 15 civiles e hirió a más de 30. La carga útil de fragmentos de metal del arma impactó en un mercado, atravesó ventanas y paredes e hirió a algunas víctimas hasta dejarlas irreconocibles", señala el medio.

También expresa que, al respecto, el presidente ucraniano Vladímir Zelenski culpó a los "terroristas" rusos por el ataque y muchos medios se plegaron a esa narrativa, una lógica que ha operado desde el principio de la guerra. Las autoridades de ese país inicialmente intentaron impedir que los periodistas del Times accedieran a los restos del misil y al área de impacto, pero finalmente pudieron llegar al lugar, entrevistar a los testigos y recoger restos del arma utilizada.

Las evidencias compiladas demuestran que, al igual que el incidente con el Boeing malasio en 2014, un misil 9M38 fue lanzado desde el sistema antiaéreo Buk. La pesquisa del Times arrojó que la ojiva era diferente a la usada por el sistema ruso S-300, asimismo es diferente el impacto que deja y el sonido que emite.

Los periodistas del New York Times descubrieron que las autoridades ucranianas estaban tratando de organizar toda una operación especial de información al saber que se trataba de un error de su ejército. En esa trama de ocultamiento participó Estados Unidos, cuyo grupo de investigación no envió material de sus satélites.